La hija de los sueños

Opinión:

Esta es la segunda novela de Sandra Andrés Belenguer después de su debut con "El violín negro", y aunque pueden apreciarse similitudes en este caso se ha decantado más por la fantasía. En cuanto a la prosa, a veces abusa de la adjetivación no dejando al lector suficiente espacio para imaginar, detalle este que puede convertirse en su marca o que puede, con el tiempo y más escritos, ir solucionando de otra forma.
 
Se podría decir que "La hija de los sueños" es de terror por ciertas imágenes, sin embargo no es lo suficientemente inquietante para considerarse como tal. En todo caso es un terror muy ingenuo, flojo, apto para que lo lean los más jóvenes, pues a ellos impresionarles sería más fácil, no así a los adultos. Y, además, del terror pasa directamente a la fantasía y ahí incide más en el género introduciendo elementos inesperados en un libro como éste, en el que de pronto aparecen seres fantásticos que no solemos asociar al mundo de los sueños y las pesadillas, aunque su introducción en la obra es casi como un abrir y cerrar de ojos. En este sentido le he encontrado cierto giro que no me ha convencido demasiado, aunque entiendo que es intencionado.
 
La novela tiene una trama bastante inocente, incluso cuando habla de los sueños lúcidos o de las pesadillas recurrentes (ambas cosas las conozco por experiencias propias) se percibe cierta ingenuidad en la autora que ha influido en la obra.
 
Iris, la protagonista, vive una vida normal hasta que de pronto, para ella y para nosotros, llega una sorpresa: sus amigos no son sus amigos si no sus guardianes, y sus padres... bueno, eso habrá que leerlo. Pero esto viene a cuento por lo siguiente: la trama la tiene clara pero el ritmo es muy rápido, por lo tanto no está lo suficientemente elaborado como para ir introduciendo los datos que darán el giro a la novela. Un día todos son personas normales y corrientes y al día siguiente todos forman parte de una dimensión distinta (la de los sueños). Al lector impaciente le gustará este ritmo rápido pero no deberá esperar demasiada profundidad en los personajes. Es el tipo de novela que, entiendo, les gusta a los jóvenes lectores impacientes.
 
Y desde luego algo que no falta -ni creo que falte jamás en los libros de Sandra porque eso sí es marca de la casa- es la historia romántica. En este caso Iris y Adrien nos dedicarán ratos tiernos, llenos de dudas y deseos de futuro, con la delicadeza a la que nos va acostumbrando la autora, aunque tampoco los desarrolla mucho. 
 
Sandra Andrés Belenguer deja el final abierto a una posible segunda parte. Esto ya gustará más o menos (a mí no demasiado) pero al menos podemos cerrar el libro sabiendo que ha habido una historia que contar y que se ha contado.
 
El terror poco intenso, la ligereza de los personajes y la propia trama, la fantasía y esas pequeñas escenas románticas me llevan a pensar que gustará a los muy jóvenes, esos que quieren leer cosas de forma rápida como quien lee un comic, sin entrar demasiado en complicaciones literarias ni argumentales.
 
Anika Lillo