el flamenco calvo

Opinión:

Bajo este cuento de apariencia moralizadora y moraleja bienpensante subyace un mensaje injusto y, si me apuran, clasista.
 
Partimos de la base de que este cuento está dirigido a niños muy pequeños: niños que aún no saben leer y siguen el relato a través de las imágenes (más adelante comentaré este aspecto) o bien niños que están aprendiendo a leer y necesitan tanto del apoyo de un adulto que les ayude con la lectura como del de las imágenes para comprender completamente el sentido del texto.
 
Niños que aun están aprendiendo los valores fundamentales y que absorben como una esponja toda la información que se les transmite. Este cuento no me parece apropiado para ellos por varios motivos: El flamenco calvo es excluido, ofendido y humillado porque presenta una diferencia física con respecto a los de su misma especie: pero el comportamiento de esta bandada de flamencos racistas no es afeada en ningún momento del cuento. Es más, el flamenco calvo les salva de morir cuando están en peligro y es sólo entonces cuando ellos le aceptan: no obstante, para volver a incluirle en el grupo no ha sido suficiente con la ayuda prestada de forma altruista, sino que el flamenco calvo ha debido demostrar una habilidad manual de la que ellos puedan aprovecharse.

Se trata de una bandada de flamencos en la que ninguno de ellos había necesitado demostrar nada añadido para que le aceptasen, sino que bastaba con ser físicamente perfecto.
 
Así pues, ¿la moraleja es que, si eres diferente físicamente, has de esforzarte por aportar características añadidas para que te acepten? Por otro lado, con respecto al grupo, ¿no es necesario denunciar la injusticia que supone excluir a un individuo por no ser exactamente semejante en lo físico a los demás, sino que es ése el comportamiento natural que se espera de ellos? Tampoco le piden perdón en ningún momento del cuento. Si realmente es esto lo que queremos transmitir a los niños, deberíamos revisar nuestros valores.

Por otro lado, y teniendo en cuenta el formato del libro (cuento ilustrado donde prima la ilustración con respecto al texto), creo que sería necesario que las ilustraciones estuviesen más cuidadas: el estilo que se basa en los dibujos que hacen los propios niños es colorido, sí, y supongo que Amalia Low tiene su público, pero en ningún caso me parecen ilustraciones profesionales.
 
Por lo demás, la presentación física de la edición es muy sencilla, de formato cuadrado y tapas de cartón blando. Para mi gusto, el cuento en general no cumple las expectativas creadas en el boletín publicitario de novedades.