Dos lunas (juvenil)

Opinión:

Distintas dimensiones y mundos paralelos, viajes al pasado y al futuro, premoniciones, héroes adolescentes y adultos, y una evidente preocupación por mantener a flote la paz, la sabiduría y el compañerismo, fluyen en esta novela con toda naturalidad.

Su lectura, de tan ágil, se hace agradabilísima, y eso es lo que tiene de bueno eso que llaman literatura juvenil (o infantil, o para adolescentes… resumiendo, LIJ). Sus tramas, y en el caso de "Dos Lunas" también, no son sencillas, obligan al lector a estar muy pendientes de lo que leen porque se mueven por mundos paralelos o saltos en el tiempo, pero no encuentran dificultad ante la lectura. Muy al contrario, suelen enganchar porque están llenas de aventuras, y cuando es un adolescente quien lo lee, se siente irremediablemente enfrascado en la novela e incluso se identifica con algún personaje.

Para un adulto como yo, leer estas novelas es como una brisa fresca pues las suelo disfrutar, no sé si por mi alma de niña o simplemente porque considero que tienen un gran nivel para el sector lector al que está dedicado.

Cuando empecé "Dos Lunas" lo único que conocía era el nombre de su autora, la cantidad de premios literarios que posee (entre ellos el Gran Angular en dos ocasiones) y apenas nada más. Esto implica que no pueda hablar de sus otras obras, de si ha cambiado algo, si ha madurado como escritora, etc… pero creo que importa bastante poco si con un solo libro leído (y totalmente actual pues acaba de publicarse) ya me he creado una opinión bastante buena de Care Santos como autora de fantasía juvenil.

Los niños leen libros según su mentalidad lectora, pero basta con que les hables un poco de lo que esconden estas páginas para que tengan interés en ellos. "Dos Lunas" tiene intereses propios de los jovencitos: ellos mismos como héroes, los gemelos y ese misterio que les rodea, los buenos y los malos, los símbolos (como la lechuza o el signo del infinito, detalles que les encanta aprender y luego te comentan), el medio ambiente al que ya están atentos en el día a día gracias a la concienciación social… y por supuesto, aventuras, misterios y peligros. Yo ampliaría la edad lectora de 9 a 15 años según sea el nivel lector del niño.

Y a los adultos les recomendaría que de vez en cuando se cogieran libros de literatura juvenil para que desengrasen un poco las neuronas y conozcan otro mundo que puede ayudarles a sonreir y a vivir al más puro estilo Peter Pan.

Anika Lillo