Cada día

Opinión:

Cuando empecé a leer esta historia y pasé las primeras páginas tuve dudas. ¿Cómo haría Levithan para que no resultase aburrido y repetitivo el argumento? Después de todo tenemos a un chico que cada día ocupa un cuerpo, que se enamora y quiere ser correspondido, y que no tiene más armas que la verdad y el amor que siente por la chica. El resto está en su contra. Si esto se repite día tras día tras casi trescientas páginas puede resultar soso, sin embargo David Levithan sí consigue el interés del lector (quizás más del joven que del adulto, pero a mí me entretuvo) porque los cuerpos que utiliza tienen sus propias vidas, y si bien algunas pueden resultar anodinas -capítulos que le sirven al autor para que A. pase el tiempo con Rhiannon- hay otros que generan su propio interés.

A estos perfiles hay que sumarle un par de intrigas: una es que uno de los chicos a los que posee durante un día es consciente de lo ocurrido y le está buscando. Querremos saber cómo solucionan las cosas, si ocurrirá algo gordo, si se conocerán, si A. confesará, si el joven poseído le delata... La otra intriga tiene que ver con el final, por supuesto, con el cómo acabará la historia de amor entre A. y Rhiannon. Hasta que acabemos las últimas páginas no tendremos idea de cómo se solucionará así que tenemos expectativas. Otra cosa es que nos guste el final o no, pero fácil no lo tenía el autor.

Y desde luego A. nunca se despertará en el cuerpo de un chico feo que no llame la atención de Rhiannon. O utiliza el cuerpo de un chico guapo o el de una chica guapa (si no son guapos serán atractivos, pero jamás leeremos sobre un joven con acné o gafas de culo de vaso que eche para atrás el romance entre Rhiannon y A.) Esto no es cosa de A., sino del autor, pues su protagonista nunca elige el cuerpo que poseerá, sólo lo que hará con él. Y resulta que A. es muy sensato -lo que puede ir en contra de la historia- sin embargo su amor por Rhiannon le hará actuar a veces de formas muy imprevistas.

Es una lectura muy ligera, como casi toda la literatura juvenil, que se lee de forma amena y dura poco entre las manos. 

Anika Lillo