Anika entre libros

Vivir a pulso. Diez relatos de superación y vida

Ficha realizada por: Saray Schaetzler
Vivir a pulso. Diez relatos de superación y vida

Título: Vivir a pulso. Diez relatos de superación y vida
Título Original: (Vivir a pulso. Diez relatos de superación y vida, 2016)
Autores: Bernardo Atxaga, Fernando Aramburu, Gustavo Martín Garzo, José María Merino, Juan Manuel de Prada, Lorenzo Silva, Luis Mateo Díez, Marta Rivera de la Cruz, Mercedes Salisachs, Soledad Puértolas, Valentín Fuster
Editorial: Alfaguara


Copyright:

© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., 2017
© Clínica Universidad de Navarra, 2016

Edición: 1ª Edición: Noviembre 2017
ISBN: 9788420431154
Tapa: Dura, bolsillo
Etiquetas: familia superación relatos cuerpo humano discapacidades muerte enfermedades mente literatura española recopilatorio de varios autores periodismo crónica recopilación cáncer médicos pacientes medicina paliativa hospitales enfermeros enfermeras periodistas enfermos terminales dolor psicológico medicamentos fisioterapia
Nº de páginas: 352

Argumento:

Recopilación de relatos con el que varios escritores de renombre del panorama español se dan cita para narrar crónicas, a cambio de entrar en el entorno más íntimo de personajes y familias que viven de cerca el proceso de la enfermedad.

A un lado, los retratistas, al otro, las historias de los pacientes y esas estirpes que, cualquiera que haya sido su desenlace final nos transmiten una vitalidad y resistencia que no deja de sorprendernos.

Este es un proyecto literario de la Clínica Universidad de Navarra que comenzó en el año 2007, y para promover la investigación en cáncer infantil y ayudar a sus familias el dinero obtenido se destina a Niños contra el Cáncer.

 

Opinión:

 

Lo interesante de esta recopilación es el encuentro que nace de unir una profesión como la escritura o el periodismo con la enfermedad, ese estado por el que antes o después pasaremos nosotros o algún ser querido; el escritor, la voz narrada junto al paciente, al familiar del enfermo, la historia personal e íntima ligada a su propia experiencia personal.

La enfermedad, decía alguien, es el estado en el que los humanos nos mostramos sin la máscara que llevamos habitualmente.  Y es cuando sale nuestro yo verdadero, ya sea para bien o para mal, la personalidad se vuelve una capa transparente que deja a la vista lo mejor y lo peor de cada uno. Ahí sale a la luz quien hace de la queja un escudo, o quien abre los ojos por primera vez para observar detenidamente lo que tiene alrededor, o quien trata de demostrar una fortaleza desconocida

Sea como fuere, cuando la muerte está cerca la perspectiva es radicalmente opuesta a la que nuestra salud nos acostumbraba. Parece que las pequeñas cosas cobran importancia, y lo que nos quitaba el sueño se esfuma de repente.

Hay quien se agarra a la vida a sabiendas de que puede perderla, y otros se esfuerzan en no perder la cabeza en esos momentos en que quizás recuerdan con nostalgia cómo se movían hasta hace poco, algo que ahora les resulta imposible.
No sabría elegir una de las historias si me pidieran que lo hiciera, pues teniendo cada una de ellas el sello personal de la narrativa de su autor, son todas una llamada de atención en la experiencia humana de cada protagonista, y nadie que haya perdido una o las dos piernas radia más dolor o menos que otro que nos cuenta cómo se fue su hijo enfermo o qué penalidades sufrieron cuando nació su pequeño con unas carencias que impactarían en lo cotidiano de cualquier hogar. Los niños tocan esa fibra sensible, pero cualquier ser querido que pase por un trance de este tipo bloqueará nuestra vitalidad para centrar en él nuestra atención.

Ya leyendo el prólogo de Valentín Fuster nos hacemos una idea de lo frágil de la existencia, y nos apercibimos de que todos somos susceptibles de pasar por una experiencia similar a estas de las que estamos conociendo en este libro de relatos. Ninguna familia se librará de pasar por varios episodios de dolencias o indisposiciones que encaminen esperanzas y miedos cada día hacia algún hospital, y la salud es después de estas experiencias un bien preciado, sobre todo cuando escasea.

Los temas recurrentes son por tanto secundarios ante las personas reales. La soledad del enfermo, el acompañamiento, las miradas que no necesitan palabras, los altibajos del enfermo o de su enfermedad.

Cuando llega la enfermedad, dice uno de los autores, es cuando necesitamos más de las palabras, que casi nunca llegan. Las que no se han dicho, las que dijimos sin querer hacerlo, las que no volveremos a expresar o a escuchar.

Es una obra en la que nos veremos reflejados no solo los y las que hemos pasado por un hospital por uno u otro motivo estancias más o menos largas, horas de desconsuelo o de esperanza, sino también aquellos que entienden que ellos o ellas o algún ser querido estará en alguna circunstancia similar en algún momento de su vida.

Crucemos los dedos para seguir disfrutando de estos relatos sin implicarnos demasiado.

Una lectura para reflexionar y para frenar ante este ritmo alocado que nos toca respirar, cuando cerremos las páginas quizás parezca que nuestros problemas actuales no lo son tanto.

Cada uno de los diez capítulos llevan la marca inconfundible de sus otros tantos autores y a modo de conclusión al final de cada título aparece una reseña en la que se encuentran los datos de la historia clínica de cada caso y anotaciones, epílogo o agradecimientos particulares de los narradores.

Makechu Antón

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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