Viaje a la locura

Opinión:

El título "Viaje a la locura" encierra varios guiños a la historia: por un lado el inicio ocurre en un viaje al estilo Agatha Christie; por otro, el tipo que entra parece estar loco, pero finalmente y a lo largo de la novela descubrimos que hay un viaje a la locura mucho más escondido pero igualmente trágico que afecta a dos personas: El primero es un juez que está internado en un psiquiátrico con el síndrome de Capgrás (quien lo sufre cree que alguien conocido no es quien dice ser si no que han usurpado su cuerpo y es otra persona), el segundo (evito spoiler y no digo quién es) acabará sufriendo algo similar y tendrá relación con dos personas: el revisor, y el juez que investigaba al muerto. Sobra decir que este misterio es atractivo y no se conoce de golpe y porrazo, va saliendo y aclarándose conforme avanza la novela.

La investigación que realizan el policía y el revisor también tiene gancho: deben descubrir qué puede unir a esas personas con el viajante. Obviamente puede ser todo fruto de la casualidad pero curiosamente, indagando, acaban descubriendo ciertas conexiones y aparece aquí el juego de seis grados de separación. Algunos SÍ tenían algo que ver con el muerto. Este es el misterio principal de la novela, el que engancha y del que esperas ver si el autor sale con acierto.

No hay nada obvio, la intriga se enreda y crece y sólo un detalle parece cogido por los pelos, pero el azar también juega un papel en esta historia. Algunos personajes son especialmente atractivos; las ganas de descubrir la verdad de un policía casi exiliado se pegan al lector; la nueva personalidad del revisor que con el accidente sufre un cambio ofreciendo escenas divertidas es total; la jueza encargada del caso que muestra cómo vive una profesional en un mundo de hombres (la judicatura) y a su vez la obsesión que la consume con el expediente del muerto que ya estuvo antes en manos de otro juez engancha; el misterio del juez encerrado en un psiquiátrico es una intriga absoluta, y naturalmente nos queda la resolución del caso: quién o quiénes y por qué. Jacinto, el muerto, era todo un personaje. El final es de la España corrupta y casposa total, lo que la hace hasta verosímil.

Tiene todos los ingredientes para atraparte.

Anika Lillo