Varsovia

Opinión:

He disfrutado muchísimo con "Varsovia". En primer lugar la trama, me ha parecido fantástica, original, llena de acción y posibilidades. En segundo lugar, los personajes. Al arrastrar cada uno su propia enfermedad mental se presentan como infelices de lo más interesantes. Tienen miedo pero también tienen ganas de luchar y conseguir que París vuelva a ser el París que conocían antes de que la gente empezara a desaparecer. En serio. Carlos Sisí ha cogido a un grupo de personas, les ha asignado una enfermedad mental a cada uno, y en algunos casos un pasado brutal. Los hay que con personalidad múltiple o doble personalidad, y los hay también muy psicópatas, de esos que se dejan arrastrar por el odio, un elemento ideal  para poner las cosas más complicadas a lo demás.

Subjetivamente, me he visto envuelta en una historia fascinante que me ha llegado a absorber pero también a obsesionar porque quería llegar al final para "comprender". A pesar de lo contado en el argumento, "Varsovia" esconde muchas historias, muchísimos momentos de tensión, muchos secretos que no se desvelan a la primera de cambio, muchísima intriga.

Una de las tramas principales ocurre con los que quedan en París y se juntan para encontrar una solución al problema. La aparición de un ser maligno y el hecho de que ellos tengan enfermedades mentales no deja del todo claro, al principio, si están teniendo visiones (compartidas incluso) o realmente hay algo ahí que quiere ponérselo aún más difícil. Hay que admitir que Sisí ha creado aquí un grupo de personajes de lo más variopinto. Hay dos chicas y son opuestas totalmente. Los hombres tampoco se parecen entre ellos, como no sea por sus obsesiones, sus filias o fobias o sus compulsiones. Poco más. En todo caso dos de ellos son capaces de matar sin despeinarse y uno en particular tiene un plan muy destructivo.

Fijaos que me resulta imposible decir qué personajes son mis favoritos, porque lo son todos. Sus problemas mentales les hace especiales, tanto a los buenos como a los malos. Me gusta Francine, por lo resulta que es. Lo mismo me pasa con Teo, que al menos tiene coco. Con Yves no he podido evitar reírme. Jeremy resultaba de lo más interesante porque es de los que se desdoblaban en dos personalidades, igual que Mimí, cuyo crack mental tiene un origen brutal en su pasado. Étienne me ha parecido tierno. Jean Paul es el villano perfecto. Quizás Claude y Salacius sean los que no me han seducido de ninguna forma pero tampoco me han molestado, he entendido que son algo así como secundarios necesarios. Del lado del gueto, la pequeña Wislawa y Józef me ha gustado pero porque he sentido pena por ellos (no puedo evitar sentir pena con cualquier víctima del nazismo).

Objetivamente está el hecho de que aunque me fascinan las paradojas, la novela tiene unas cuantas, y la más gorda es justamente la principal. No me desagrada, ojo, simplemente pensaba que se resolvería de otra manera pero yo no creo que hubiera sabido hacerlo mejor.

También está la corrección, que para los que se enfadan rápidamente con algún error mejor que sean un poco permisivos porque alguno que otro se les ha escapado.

Por otro lado está el final, quizás para mi gusto un poco edulcorado. Creo que Sisí podría haberlo contando en el mismo espacio limitado sin tanto dulce. No obstante entiendo que quería que quedara así para que se percibiera ese final como un puñetazo a lo que habíamos vivido hasta entonces. Y con sorpresa.

Si os preguntáis si al final se descubre por qué los parisinos eligen dormir y soñar en vez de vivir, sí, se descubre: es la gran paradoja de la que hablaba.

Son más de seiscientas páginas llenas de saltos temporales, discusiones, historias, pasados, incógnitas, peligros, odio, personajes al límite, borderlines… tiene de todo, interesante y emocionante, por eso lo recomiendo. Quizás no hubieran hecho falta tantas páginas, eso sí lo pensé en algún momento, pero porque me robaba mi tiempo, jeje.

Anika Lillo

Foto homenaje: