un beso perverso

Opinión:

El tema de esta fantástica novela podría resumirse en una frase, que expresa la ideología del protagonista y, por ende, de los hombres de su época: “La mujer estaba hecha para ser cuidada, no para tener que valerse por sí misma.” (p. 13)
 
Esa afirmación tan categórica, que hoy levantaría ampollas, no era inusual en la Inglaterra de 1870, donde se desarrolla esta historia. La mayoría de hombres, y mujeres, pensaban así, y actuaban en consonancia con esos principios. Una mujer de cierto estatus no trabajaba, ni siquiera se atrevía a considerar la posibilidad, y era el marido quien debía mantenerla, cuidarla, ocuparse de resolver cualquier problema, guiar sus decisiones o aliviarla de las cargas.
 
La protagonista de esta historia, Colette Hamilton, no puede elegir, o, mejor dicho, no quiere elegir la única solución posible para una joven de su posición: el matrimonio de conveniencia. A la muerte de su padre, hijo menor de un noble y librero por vocación, la joven asume el negocio familiar con gran ilusión, ayudada por sus cuatro hermanas. La intención es renovar la librería y convertirla en un negocio próspero que les permita mantenerse y mantener también a su madre, que hace años no sale de su casa.
 
Mientras tanto, el tío pretende conseguirles un buen matrimonio que le permita deshacerse de la carga que supone hacerse cargo de seis mujeres y que además le aporte una dote suficiente como para hacer frente a sus cuantiosas deudas. Pero ni Colette ni su hermana Paulette, las dos mayores, parecen muy empeñadas en cumplir con los deseos de su tío, rechazando a todos los pretendientes. Ambas son jóvenes carismáticas, decididas e independientes y es imposible no tomarles cariño desde el principio.
 
Lucien Sinclair, conde de Waverly, acude a la librería en busca de lecturas para su padre, que guarda cama muy enfermo. Y allí se encuentra con la muchacha, una joven bonita que, según él, no debería dedicarse a trabajar y que se muestra excesivamente independiente para sus gustos. Él, que anda buscando esposa, pretende un matrimonio sin sobresaltos, con una mujer sumisa y tranquila que pueda darle hijos. Los encuentros entre ambos no dejarán de producirse, especialmente cuando ella sea presentada en sociedad por su tío, y Lucien será incapaz de mantenerse alejado de ella. La lucha entre sus sentimientos y sus intenciones es magnífica, y la autora juega con esos elementos de forma magistral.
 
Con una prosa equilibrada y una pizca de humor, Kaitlin O’Riley nos ofrece una novela encantadora, que cautivará a los lectores por la fuerza de sus personajes. 
 
Pilar Alonso Márquez