Toda la verdad de mis mentiras

Opinión:

La amistad es, si una lee sus libros, uno de los temas preferidos de Elísabet Benavent. De un modo u otro, aparece en sus obras y los (y sobre todo) las amigas siempre son importantes para sus protagonistas. Pero en "Toda la verdad de mis mentiras" aborda el tema de manera especial. Podríamos decir que es el gran asunto de la novela y lo analiza desde diferentes puntos de vista.

En primer lugar (como no podía ser de otro modo en una obra de Benavent), reflexiona y muestra lo que ocurre en la amistad del gran grupo.... En este caso nos presenta a un grupo mixto, con tres chicas y tres chicos. Pero, como suele ocurrir en estos casos, no todos están en el grupo desde el mismo momento ni son miembros de pleno derecho. Cuatro de ellos (Blanca, Aroa, Loren y la narradora, Coco) emprenden un viaje en autocaravana para celebrar la despedida de soltera de la primera (aunque más tarde, por circunstancias, se sumarán los otros dos chicos, Marín y Gus). Poco a poco van saliendo a la luz las personalidades, tan diferentes, las afinidades entre unos y otros pero también las tiranteces y los secretos.

Benavent no se queda, pues, con la cara más bonita de esa amistad grupal, sino que ahonda en los secretos, las mentiras y las medias verdades que pueden llegar a fracturar ese grupo. La autora explora bien esa falsa sensación de amistad que a veces flota sobre los grupos y que oculta que, en ocasiones, que alguno de los miembros ha cambiado, ha crecido o ha tomado decisiones que lo alejan del resto, pero sigue actuando como si nada hubiera ocurrido, por no separarse de ellos, por intentar que todo siga igual.

Me ha parecido muy interesante la exploración de las dinámicas de un gran grupo, de los roles que ocupa cada uno y de los remordimientos que experimentan algunos de ellos cuando sienten que, por las razones que sean, están traicionando la confianza de los demás.

En segundo lugar, profundiza en la amistad a dos, en este caso, además, en la amistad entre un hombre y una mujer, que (según la creencia popular) parece más complicada que la amistad entre personas del mismo género o que, a priori, no sientan ningún tipo de atracción física entre ellos. Benavent explora la sana relación entre Coco y Marín y el oasis de felicidad en que han convertido su piso compartido. La relación entre ambos nos habla de confianza, de compromiso mutuo, de entrega, de solidaridad.... De una relación completa, sana y ejemplarizante en muchos sentidos.

Y, finalmente, como siempre en sus novelas, también reflexiona sobre el amor. En este caso, un amor nacido de la amistad y el cariño más profundos que, de repente muta y se transforma en amor y deseo. Benavent muestra que dar el paso puede llegar a ser complicado, el miedo que puede llegar a dar perder lo que uno tiene por lo que pudiera ser.

De igual modo, en la novela también se reflexiona sobre la mentira: por qué mentimos, qué pretendemos conseguir con ella, qué consecuencias puede tener, cómo nos hace sentir... Y, cómo no, también sobre la verdad, sobre lo que ocurre cuando estalla, sobre lo que se lleva por delante o la paz que es capaz de dejar.

Aunque me ha parecido que en otras novelas de la autora se indaga en temas menos trillados (como la enfermedad mental o la depresión posparto), nos encontramos ante una novela interesante y entretenida (y, en este caso, autoconclusiva), en la que la carga sexual es menor pero que se mantiene fiel en todo lo demás a la esencia betacoqueta a la que la autora nos tiene acostumbrados.

Lidia Casado