Star Trek. La ciudad al borde de la eternidad

Opinión:

Por el 50 aniversario, la editorial Drakul, en su sello Likantro, nos regala -porque esto es un regalazo para los sentidos-, la adaptación del guion original de la serie de televisión. Esta historia de Harlan Ellison fue galardonada con los premios Hugo y WGA. Sirva esto como presentación del comentario.

Es curioso que el guion de este capítulo, galardonado finalmente con el Hugo y uno de los más prestigiosos y alabados, fuera rechazado cuando lo presentó Harlan Ellison por ser demasiado largo. Adujeron, además, que sería costoso y se alejaba del espíritu Star Trek. Y es verdad en parte. El guion sufrió numerosas modificaciones, pero aquí estamos ante el planteamiento original.

Me gustan las historias de Star Trek, de hecho me hice fan de las películas y de los cómics casi al mismo tiempo, pero esta se sale de lo habitual. No abunda el espacio, ni las naves espaciales, ni las batallas galácticas… Aunque comienza en el Enterprise, rápidamente el escenario cambia radicalmente: Estados Unidos. Guerra Fría. 1930.

Y en vez de visitar un planeta extraterrestre -para los humanos sólo son sus antepasados-, cohabitan durante un tiempo con los ciudadanos en una época convulsa. Spock es demasiado llamativo y dará el pego como extranjero oriental, pero el Capitán Kirk se mezclará sin problemas con la gente.

No saben cómo capturarán a Beckwith, sólo que llegará después de ellos, y eso nos permite ver a Kirk enamorarse y vivir una de las etapas -aunque cortas- más bonitas de su vida. Todo muy diferente ¿verdad? Ahí reside el atractivo de la historia.

Y encima me he enamorado. Esas ilustraciones me tenían absorbida, son magníficas, bellísimas, ¡perfectas!  No hay una escena que me parezca desaprovechada, toda la novela gráfica es arte. Los colores, las tonalidades, los efectos de los brillos, el contraste con la oscuridad, el realismo…  Maravilloso ver ARTE sin que se meta mano con los avances tecnológicos. Al final del libro, por cierto, hay algunos extras, y entre ellos el trabajo de J. K. Woodward pintando a mano paso a paso sus bocetos. Un placer más.

Imprescindible para cualquier seguidor de Star Trek y más que recomendado para quienes disfruten de la ilustración. De diez.

Como nota curiosa, vi rápidamente un guiño a Ellison -fácilmente reconocible- en la marquesina de un teatro; pero en páginas finales veréis que había más cameos.

Anika Lillo

Foto homenaje: