Anika entre libros

Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas

Ficha realizada por: Darío Luque
Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas

Título: Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas
Título Original: (Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas, 2002)
Autor: Camilo José Cela
Editorial: Debolsillo
Colección: Contemporánea


Copyright:

© 2002, Herederos de Camilo José Cela

© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.

Edición: 1ª Edición: Abril 2018
ISBN: 9788466342308
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: novela corta recopilación recopilatorio de autor Madrid Galicia generación del 50 escatología humor ironía y sarcasmo arte artistas sobre escritores siglo XX literatura española Cela
Nº de páginas: 431

Argumento:

En "Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas" se recopilan algunas de las novelas cortas más famosas que Camilo José Cela escribió entre los años cincuenta y sesenta. Así pues, el lector podrá encontrar en este volumen las siguientes historias: "Santa Balbina, 37, gas en cada piso" (1952), "Timoteo el incomprendido" (1952), "Café de artistas" (1953), "El molino de viento y otras novelas cortas" (1956), "Historias de España" (1958), "La familia del héroe" (1965) y "El ciudadano Iscariote Reclús" (1965).

El humor sagaz de Camilo José Cela tiñe con su huella personal estas siete novelas cortas.

 

Opinión:

 

Todo lector de Camilo José Cela sabe que hay vida más allá de "La colmena". De hecho, el propio autor comentó en más de una ocasión la importancia que tenían algunas de sus novelas cortas, pues en estas se congregan todas las ideas estéticas que definen la extensa obra celiana. Ejemplo de ello son las novelas reunidas en "Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas", que comparten rasgos con algunas de las novelas más importantes del siglo XX español (junto a la ya mencionada, también "La familia de Pascual Duarte" o "Cristo versus Arizona").

Uno de esos rasgos, posiblemente el más característico de Camilo José Cela, es el humor. Pero no se trata de un humor satírico, ni siquiera de uno inteligente; las risas que profiere el lector ante los textos de Cela nacen de lo escatológico, de lo absurdo, de situaciones en las que la realidad parece reírse de sí misma, de tan forzada. A pesar de la imagen de hombre serio e imponente y del peso histórico que va asociado a su nombre, Camilo José Cela fue siempre un cachondo -no en vano, fue viral en su momento su aportación televisiva sobre la 'absorción anal'-. Las novelas cortas que aquí se reúnen comparten, también, la fragmentariedad que tanto defendía el gallego. En este caso, casi todas las novelitas están formadas por capítulos breves, de no más de cinco páginas.

Pero el rasgo más interesante de la narrativa breve celiana es, en mi opinión, la profundidad que guardan historias tan aparentemente banales. Con personajes sencillos, cuya onomástica y psicología remiten al ideario castizo de la península, las novelas cortas de Camilo José Cela reflexionan sobre la figura del artista, sobre las convenciones de la época. Más que novelas, la mayoría de textos reunidos en este volumen son cuadros o descripciones que caracterizan la realidad española, singularizada en sus personajes. Ese es el caso de Iscariote Reclús, protagonista de "El ciudadano Iscariote Reclús", y es el caso también de "Historias de España". El arte como tema literario está muy presente en los textos de Cela, hasta el punto de que los protagonistas de "Santa Balbina, 37, gas en cada piso", de "Timoteo el incomprendido" y de "Café de artistas" son todos personajes complejos que han optado por autodenominarse artistas. Cela, con su mordaz ironía, realiza una brutal sátira contra los escritores y artistas autoconsagrados, pero sus críticas alcanzan a todo el sistema editorial y literario.

Si esto ha sido poco para convencer de la necesaria lectura de "Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas", aún guardo un as en la manga: el lenguaje. Durante toda su obra, Camilo José Cela desarrolla una importante labor de experimentación y renovación del lenguaje, especialmente en dos vertientes: vulgarismos y regionalismos. En el caso de estas novelas cortas, predomina un léxico vulgar, en ocasiones inventado, en referencia a todos los aspectos soeces de la realidad. Como no podía ser de otra manera, el léxico que emplea Cela asegura unas risas, mediante un humor que contagia a toda la obra.

Darío Luque

 

 

 

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