Sin noticias de Dior

Opinión:

Beatriz Miranda, licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y con un posgrado en Moda y Arte Contemporáneo, es redactora del suplemento "La Otra Crónica" del diario El Mundo pero su popularidad se debe a su blog, que da título a su primera novela, "Sin noticias de Dior".

Cuando pedí reseñar "Sin noticias de Dior", esperaba una novela sobre moda, ligera, frívola, divertida; me apetecía leer algo que me ayudara a desconectar de la dura realidad y a pasar un buen rato. Y sí, he encontrado eso y más.

La novela se centra en doña Nada, una mujer de buena familia, acaudalada, de mediana edad, frívola, que viste ropa de grandes casas de moda; pero no se trata de una fashion victim, sino de una mujer que valora cada vestido, cada pieza de su guardarropa como una obra de arte y, también, como una inversión.

Cuando doña Nada se ve encerrada en su vestidor mientras roban su casa, instintivamente se refugia en su pasión por la ropa para aliviar su angustia y comienza a repasar su vestuario que, inevitablemente, despierta sus recuerdos. Así va repasando lo que ha sido su vida y, poco a poco, queda patente su soledad y lo vacía y carente de sentido que es su existencia.

Flori, su asistenta, es una mujer paraguaya que espera ansiosamente la visita de sus tres hijos; su desengaño será terrible cuando vea que sus hijos no han venido a visitar a su madre sino a robar el chalé en el que trabaja. Flori refleja el drama de muchas mujeres sudamericanas que dejan sus casas buscando un futuro mejor para ellas y sus familias; mujeres que trabajan duro y ahorran todo lo que pueden para enviárselo a sus familiares para que sus hijos tengan un futuro mejor; pero, a veces, el alejamiento del hogar da lugar a familias desestructuradas y, en última instancia, convierte a esas mujeres en seres ajenos a su propia familia.

"Sin noticias de Dior" es una novela agridulce pero también divertida, amena y fácil de leer. Una novela de evasión perfecta para el verano o las fiestas. Imprescindible para los seguidores de su blog. 

Jaci Alía Arreche