regreso a breakheart hill

Opinión:

Aaaaaaaggggghhhhh ¡qué horror!, ¡qué suplicio de novela!. Llena de tópicos: la adolescencia norteamericana, el instituto, la clase de teatro, el deportista popular, la chica más popular, el rebelde, el empollón... Aaaaaaaaaggggggghhhhhhh. En la contraportada (¡menuda trampa!) un crítico opinaba que si tuviera que elegir la mejor novela negra de la década de los 90 eligiría esta. ¡Pues qué bien! ¡Por favor que no elija ninguna más!. Me dejé llevar por su recomendación y... ¡batacazo!. Me vanaglorio de leer muchísima novela negra, conozco prácticamente a la mayoría de escritores/as del género, y claro, cuando vi esta novela de cuyo autor no había oído nombrar (después de leerla lo entiendo) pues caí, todo ilusionado creyendo haber encontrado un nuevo tesoro. Pero no. El cofre estaba vacío.

La novela está escrita en primera persona, está dándote todo el rato la matraca con lo bella que era Kelly, con lo enamorado que estaba, con lo que le pasó, quién sería el descerebrado que la asesinó (el escritor, ¡seguro!), etc., etc. con todos los tópicos estadounidense imaginables. Tiene alguna página rescatable ¡alabado sea el Señor! como la época en la que está ambientada: una población de la América más profunda del sur, más que profunda, abisal, con el telón de fondo de la lucha por los derechos civiles de la gente de color, alguna anécdota sureña y poco más.

¡Ah sí! lo mejor, es decir, ¡lo peor! estaba por llegar, empiezas a leer las últimas páginas, donde se supone que se desvelará el tostón ¡uy, perdón! el misterio y ¡zas! ¡traca!. No lo cuento para no desvelarlo, pero la verdad es que me tengo que morder la lengua para no echar sapos y culebras. ¡No me lo podía creer!. El libro deja un sinfín de preguntas por responder y... y me callo, porque se me está calentando la boca. No pierdan el tiempo, vale más ver un rato de telebasura.