Anika entre libros

Porno

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Porno

Título: Porno
Título Original: (Porno, 2002)
Autor: Irvine Welsh
Editorial: Anagrama
Colección: Compactos


Copyright:

© Irvine Welsh, 2002

© Editorial Anagrama, S.A., 2005

Ilustración: foto © Chris Frazer Smith

Traducción: Federico Corriente
Edición: 1ª Edición: Junio 2006
ISBN: 9788433972613
Tapa: Blanda
Etiquetas: adicciones drogas amistad violencia dinero humor crítica social literatura escocesa novela pornografía sátira venganza bilogías sexo traición Edimburgo éxito dependencia
Nº de páginas: 600

Argumento:

Diez años después de los acontecimientos narrados en "Trainspotting", Sick Boy está en horas bajas. Las cosas en Londres no le van como él esperaba, y por eso decide volver a Leith y encargarse del pub de su tía Paula, que se va con su nuevo novio a España.

Dicho bar, el Port Sunshine, no es precisamente una fuente de ingresos extraordinaria, así que Sick Boy decide buscar otra manera de llevar el tren de vida que él considera que se merece. Y lo hace con el porno. Y es que, según le dicen, el porno casero realizado en las trastiendas de los pubs y con los clientes como estrellas está funcionando. Pero eso es poca cosa para él, algo de aficionados. Sick Boy quiere hacerlo a lo grande, no solo para pasar el rato, sino para ganar dinero. El problema, como siempre, es que hay que conseguir el dinero.

Con la ayuda de la bella y joven Nikki, y de otros colegas, se pondrá manos a la obra. A regañadientes, decidirá incluir en el equipo a su antiguo colega, Renton, quien les dio el palo hace diez años, y del que tanto él como Begbie se quieren vengar. Sobre todo cuando descubren que Renton le dio su parte a Spud, pero a ellos no.

Pero como siempre que se maquinan chanchullos, las cosas no salen de la forma suave y fluida que uno espera. Y Sick Boy y sus colegas nunca han sabido llevar las cosas de forma suave y sutil.

 

Opinión:

 

Es difícil leer "Porno" sin pensar en "Trainspotting", tanto el libro como la película. Marcó un hito en el mundo del cine y, a nivel literario, demostró que el caos también tiene lugar. Porque la primera novela de Irvine Welsh destilaba cierta locura estructural, saltando de un personaje a otro, cambiando de narrador, de foco, e incluso de tiempo verbal. Pero, ¿cómo iba a ser de otra manera si intentaba poner sobre el papel la mente de un grupo de jóvenes que pasaban una buena parte del libro colocados? Cuando tu vida y tu mente es un caos, ¿por qué no lo puede ser la manera de explicarla?

Ese caos también se trasladó a la pantalla. Este febrero, Danny Boyle estrenó Trainspotting 2. Muchos han criticado que no es como la primera. Pero es que no podía serlo. Primero, porque han pasado veinte años y los protagonistas son distintos. Y segundo, porque la materia prima en la que teóricamente se basa (y remarco el teóricamente porque entre el libro y la película hay mucha diferencia argumental), "Porno", tampoco es tan caótica como su predecesora. Su estructura es mucho más estable, al igual que el foco narrativo: cada capítulo está dedicado a un personaje, que sigue un hilo claro, tanto narrativo como temporal. El hecho de que las drogas y la dependencia hacia ellas haya cambiado explica en parte esa transformación, pero también lo hace la historia que cuenta, más acotada y centrada.

En este caso, encontramos una trama centrada en los chanchullos de Sick Boy, decidido a ganar dinero a costa del porno. Pero también encontramos a Begbie, recién salido de la cárcel y más loco y aterrador que nunca; a Spud, que sigue luchando por dejar las drogas y sentirse útil en un mundo en el que no encaja y en el que quizás nunca encaje, y, por supuesto, está Renton, ese joven que decidió robar a sus colegas diez años atrás y que entrará en juego a pesar de estar aterrado por la idea de los puños de Begbie.

Las reflexiones existenciales de "Trainspotting" quedan relegadas a un segundo plano en "Porno", donde lo que hay es un retrato salvaje de la necesidad de triunfar a toda costa, pretendiendo ser lo que uno no es. Las drogas ya no les dejan desconectar de la vida: la vida está delante de sus narices, exigiendo que estén allí. Por eso parece que todos intentan encontrar una finalidad, una meta… a su manera. La violencia de Begbie, el desprecio de Sick Boy, manipulador y explotador de todo lo que puede encontrar a su alcance, la sensación de inutilidad de Spud o la figura de Renton, que se mantiene en cierto sentido a la sombra de sus amigos, observando, dentro pero fuera de ese mundo al que pertenece y del que tampoco es capaz de salir del todo.

Quien disfrutara con "Trainspotting" lo hará con esta novela, porque sigue destilando ese estilo peculiar de escribir de Welsh, directo, penetrante y ácido, con una capacidad de entrar en la cabeza de sus personajes extraordinaria.

Inés Macpherson

 

 

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