Orgasmatón

Opinión:

"Orgasmatón" presenta una sociedad distópica extrema, tanto que cuesta entrar en una historia que se tiende a rechazar desde un principio por la denigración de las mujeres, que aquí son fabricadas en una suerte de laboratorios donde se les implantan o desarrollan las especificaciones indicadas por sus compradores.

Vamos, como cuando se va a un concesionario de automóviles y, ante la compra de un vehículo, se listan las características que deberá tener según sus propios deseos. Claro que aquí se va bastante más allá y así habrá alguna convertida en felina, otra multimamaria, otras siamesas espalda con espalda, otra con unos pechos protésicos conformados por una cavidad expendedora para tabaco y un dispositivo encendedor. Y así se podría seguir con cualquier adaptación o modificación que se pueda imaginar.

Pero siempre con la implantación de una sumisión total hacia los hombres, provocada desde unos ordenadores centrales en las redes neuronales de su cerebro y contra la que no tienen ninguna defensa.

Todo en consonancia con el texto de la contraportada, donde se pueden leer, a semejanza con las leyes de la Robótica de Isaac Asimov, las Tres Leyes de la Feminística.

Si ya habrá a quien le haya costado leer hasta aquí, si incluyese sus enunciados, que son fáciles de imaginar, seguro que se encendería todavía más. No lo voy a hacer, quien las quiera leer, que las busque en el libro.

Ahora bien, la historia no se queda en la decoración ambiental y sociológica, y es entonces cuando ataca las raíces de esa distopía y manifiesta la fragilidad de su paradigma, quedando hecha añicos en una interesante y calculada apoteosis final.

Selin