Anika entre libros

oíd, alemanes

Ficha realizada por: Txema

Título: oíd, alemanes
Título Original: (deutsche hörer)
Autor: Thomas Mann
Editorial: Península


Copyright: Traducción de Luis Tobío y Bernardo Moreno ISBN: 84-8307-593-8
Etiquetas:

Argumento:

Recopilación de los 59 discursos pronunciados por Thomas Mann entre octubre de 1940 y noviembre de 1945 dirigidos a los alemanes, a petición de la BBC, en las que el gran escritor alemán reflexiona, con la esperanza de ser oído, sobre las consecuencias del nacional socialismo, la guerra y finalmente la derrota para Alemania. La traducción me parece muy buena

Opinión:

La editorial Península acaba de publicar la totalidad de los discursos que Thomas Mann pronunció a través de la BBC dirigidos a los radio oyentes alemanes con la esperanza de que fueran escuchados y sirvieran para algo. Ciertamente ignoro por cuantos alemanes serían escuchados pero, está claro, que no sirvieron de nada, salvo para que ahora dispongamos de unos documentos de un valor excepcional.

Tal vez podría parecer que los discursos publicados serían sujetos propicios para el análisis de alguno de los articulistas de esta web, porque incluso en este tiempo sirven para una profunda reflexión. Sin embargo quiero compartir con el resto de amigos de "nuestra" web mis impresiones.

Lógicamente los textos de Mann han perdido actualidad y frescura por el paso del tiempo y, desde este punto de vista, sólo tendrían interés para los aficionados a la historia o los seguidores de Mann, que supongo son muchos. En cualquier caso los discursos son inéditos en España, lo cual no deja de ser significativo.

Pero incluso en estas circunstancias, y salvando las cuestiones temporales, merece la pena una lectura sosegada de los mismos. Merece la pena porque tras conocerlos toma uno conciencia de lo poco que ha avanzado la civilización desde 1933 hasta nuestros días.

Es fácil hacer una crítica jugando con la ventaja del tiempo, pero es tremendo comprobar como todos los vaticinios positivos que hizo Mann sobre el futuro del mundo, tras la derrota de los nazis en la segunda guerra mundial, no se han cumplido casi en absoluto.

Preveía Mann un mundo hermanado en la paz y la libertad, con pueblos unidos en sistemas diferentes pero respetuosos con los derechos de los demás y gobernados por una especie de democracia universal, que hiciera innecesario el recurso a la guerra. Mann estaba convencido de que el tremendo esfuerzo bélico de las democracias occidentales, encabezadas por Gran Bretaña y los Estados Unidos, en alianza con la potencia "revolucionaria" y "socialista" que era la Rusia Soviética, impondrían un sistema de justicia sin contestación posible. Desde luego, como escritor Thomas Mann es indiscutiblemente un maestro, pero como vaticinador de acontecimientos no habría sobrevivido, porque, desgraciadamente no hay nada más alejado de la realidad que lo él predijo.

Y es que Mann, en mi opinión, parte de un error importante. Achaca a los nazis la maldad única y absoluta y otorga a las democracias la bondad exclusiva y, esto, como se ha comprobado, es, sencillamente, falso. Es cierto, que el nazismo, supone la aberración -posiblemente la mayor- que ha conocido el género humano a lo largo de su historia, pero, en absoluto es la única. Y es cierto que la democracia es, en principio, el régimen político y de convivencia más aceptable, pero sólo en principio, porque en nombre de la democracia también se han cometido auténticas barbaridades (Iraq, sin ir más lejos). Eso por no hablar del estalinismo, aberración perfectamente equiparable al nazismo e incluso peor, porque pretendía hablar en nombre de una doctrina igualitaria y basada en principios éticos que eliminan la explotación del hombre por el hombre.

Pero lo más curioso del caso, con respecto a las democracias, es que el propio Mann, en uno de sus discursos, anota algo de esto cuando, con la brevedad necesaria del caso (los discursos duraban unos cinco minutos), dice que las democracias "durante seis años" estuvieron contemporizando con Hitler. ¿No se dio cuenta Mann de la grave responsabilidad de las democracias en esta actitud? ¿Es que la actitud contemporizante con Hitler y Musolini en el caso de la República española no fue un acto irresponsable y criminal? ¿Es que el famoso pacto de Munich no fue el germen de todo lo que vino después? Yo, personalmente, estoy convencido de que sí y, por tanto, las democracias tuvieron un alto grado de corresponsabilidad en la llegada, ascenso y, lo que es mucho peor, consolidación de Adolfo Hitler como canciller del Reich.

Aunque los discursos se pueden leer sin necesidad de respetar necesariamente el orden cronológico, yo aconsejo hacerlo así, ya que de esta forma se aprecia mejor el ánimo y la intención de Mann. Inicialmente hay una serie de llamadas a los alemanes para que derroquen a Hitler, llamadas a su conciencia alemana. Después esto va perdiendo fuerza para pasar a una terrible desolación y a la necesidad de asimilar, como alemanes, una expiación conjunta, a la que él mismo no renuncia, de sus múltiples y terribles culpas. En los discursos hay momentos verdaderamente brillantes, emocionantes y sublimes.

Y hay una parte importante en uno de los discursos finales. Mann se pregunta algo que muchos de nosotros, sobre todo los que sentimos una sincera admiración por Alemania, nos hemos planteado siempre. ¿Cómo es posible que Alemania, un país culto, civilizado, próspero y preparado pudiera dejarse arrastrar por la barbarie nazi?

Porque hay una cuestión que es relevante: los nazis eran en su mayoría procedentes de los estratos más deleznables de la sociedad alemana. La mayoría de una incultura asombrosa, otros simples matones, muchos corruptos e inmorales, ladrones en el sentido estricto de la palabra, embaucadores y, en definitiva, la escoria de la sociedad. Y todo esto cuando Berlín, por citar tan sólo un ejemplo, era una las capitales culturales de Europa.

Yo, todavía, es una cuestión que sigo sin entender. Llevo años, muchos años, leyendo y documentándome sobre esa cuestión, he bebido en todas, en la medida de mis posibilidades, las fuentes a mi alcance, alemanas y no alemanas, partidarias y contrarias al régimen nazi, y, aún hoy, sigo sin tener una respuesta completa y satisfactoria. Tal vez porque no exista esa respuesta.

Mann apunta algunas causas, que yo no comparto, pero que, en todo caso, son motivo de reflexión. Según su opinión, mucho mas docta que la mía pues era alemán y yo no, la cuestión radica en una especie de "egoísmo nacional germánico", que da lugar a una especie de nacionalismo hacia fuera. Es decir, los alemanes, consideraban que no hay nada mejor que ser alemán, de una forma excluyente y la llegada del nacional socialismo exacerba esta opinión hasta el paroxismo. Repito que no concuerdo con esta opinión, porque creo que, en su conjunto, los alemanes no tenían, ni siquiera en 1933, una conciencia de nación como la que pueden o podían tener otros pueblos. No existía una sensación de alemanidad. Precisamente los alemanes se distinguen por su respeto a la diferencia y, de hecho, hoy Alemania es una república federal muy distinto de una land a otro. Pero, de todas formas, es un motivo de reflexión para todos nosotros aún cuando hayan pasado nada menos que 71 años.

Y finalmente quiero recordar que escribo estas palabras con la modestia y humildad que da el desconocimiento profundo de los acontecimientos que llevaron a unos hechos que nunca debieron producirse, en el mismo día -30 de enero- en el que Adolfo Hitler fue nombrado canciller del Reich. Sirvan los discursos de Mannpara no olvidar jamás esa fecha. Oíd, alemanes y oigamos todos.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar