Anika entre libros

Noche es el día

Ficha realizada por: Ana Vanesa Cremades
Noche es el día

Título: Noche es el día
Título Original: (Nacht est der Tag, 2013)
Autor: Peter Stamm
Editorial: Acantilado
Colección: Narrativa del Acantilado


Copyright:

© 2013, Peter Stamm

© 2016, Quaderns Crema S. A. 

Traducción: José Aníbal Campos González
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2016
ISBN: 9788416748099
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia arte belleza muerte filosofía literatura suiza novela novela corta novela de personajes relaciones personales novela introspectiva falsas apariencias matrimonio culpa infidelidades segundas oportunidades Fama parejas cirugía plástica presentadores de televisión condición humana éxito
Nº de páginas: 169

Argumento:

Gillian tiene treinta años y parece haber conseguido todos sus sueños: es la presentadora de un famoso programa de entrevistas, tiene una bonita casa y está casada con un hombre apuesto y exitoso. Sin embargo, de vuelta de una fiesta de Nochevieja, tras una discusión con su marido, sufren un catastrófico accidente que desmoronará su mundo y la obligará a empezar de nuevo y preguntarse quién es en realidad y qué hace de nosotros ser quienes somos.

 

Opinión:

 

"Noche es el día" toma prestado de uno de los sonetos de Shakespeare, su título, pero además hace suyas algunas de las preguntas vitales que el dramaturgo desarrolló en muchas de sus obras más conocidas. La existencia, la esencia de las personas, cómo nos construimos y nos construyen los demás y cómo un accidente (entendido en su sentido más amplio) puede hacer tambalear nuestro pequeño mapa de coordenadas vitales son cuestiones que Shakespeare trabajó en obras como Hamlet (el famosísimo monólogo del ser o no ser que cuestiona la epistemología misma del ser humano), Macbeth o Romeo y Julieta (donde la identidad se cuestiona una y otra vez y se reduce a un apellido desafortunado que condena la sublimidad del primer amor). Y es que, algo que une esta breve novela (apenas 170 páginas) con el dramaturgo inglés y sus obras es el trasfondo filosófico que la recorre.

"Noche es el día" es una novela de personajes (y no de muchos), de indagar en el individuo roto y preguntarse por la posibilidad de una reconstrucción, es una novela cargadísima de reflexiones que apelan directamente a nuestra sensibilidad y que nos preguntemos qué haríamos de ser la protagonista: ¿seríamos capaces de reinventarnos por completo y olvidar quienes pudimos ser?, ¿se puede superar un sentimiento de culpa tan demoledor cuando crees, sabes, que tú mismo destruiste la vida perfecta por la que tanto habías luchado?

Como digo, ésta es una historia de personajes y, por ello, de nuestra capacidad para empatizar con ellos dependerá en gran medida que las reflexiones que propone el autor nos calen más o menos. Personalmente, Gillian ha sido un reto porque, a menudo, sus reacciones me resultaban inesperadas y, a medida que la novela avanzaba, sentía que no solo ella era desconcertante: sus padres mantienen con Gillian una relación tan fría y distante, es tan evidente la repulsión que sienten hacia ella, que me queda la impresión de haber presenciado sólo la punta de un iceberg enorme que el autor calla. Sin embargo, es un personaje que nos hace plantearnos tantas cosas y que sufre un golpe tan arrollador que es muy difícil no sentir si quiera un poco de simpatía hacia ella.

Por otro lado, también ésta es la historia de Hubert, un artista bloqueado que se hizo famoso fotografiando mujeres desnudas pero no ha sabido digerir la fama ni continuar tras ella y tampoco como pareja y padre ha dado la talla. Hubert directamente no me provocó empatía alguna y su aparición y el papel que adquiere en la historia me sorprendió y desmontó lo que creía que iba a encontrar en lo que restaba de novela.

Sólo añadiré, para no desvelar nada relevante, que "Noche es el día" tiene tres partes muy diferenciadas, que el final es abierto y promueve que el lector medite sobre todo lo que ha leído y que, básicamente, nos encontramos ante una reflexión sobre el individuo y la individualidad, sobre quiénes somos y qué nos hace serlo, dónde reside nuestra esencia y si es posible renacer cuando ésta nos es arrancada sin previo aviso.

Es una novela profunda, muy bien escrita (qué gozada la pluma de Peter Stamm, cómo atrapa con poquita trama y mucha introspección) que requiere una lectura tranquila y reflexiva para saborear y digerir bien las complejas ideas que propone.

Mi única queja, si puede llamarse así, es su final demasiado abierto abrupto para mi gusto, pero admito que está acorde con el resto de la novela que, ya en su inicio, también nos sitúa en plena vorágine.

Y hablando de su comienzo, aviso para navegantes: la novela comienza como un vendaval, las primeras páginas son muy extrañas e inconexas pero enseguida pasa y lo que viene después merece mucho la pena.

Ana Vanesa Cremades

 

 

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