Mi bella adicción

Opinión:

La autora nos presenta el primer volumen de lo que será una trilogía crítica y de denuncia sobre el consumismo y las mujeres.

En esta ocasión nos encontramos con Kayo una joven bastante acomplejada con su aspecto físico y que decide casarse sin acabar sus estudios para huir de su hogar y de sus miedos. En realidad, de lo único que está orgullosa es de sus enormes pechos.

Sin embargo, es normal que no atragia las miradas de los chicos estando acompaña de su amiga Tomoko, una belleza sin igual.

Una vez casada su vida se vuelve muy monótona y aburrida ya que debe seguir con el rol asignado: cumplir como una perfecta ama de casa. Es entonces cuando empieza a ser consciente de que su tan ansiada libertad no es tal; debe aprender a reprimir sus emociones, a sentirse observada y críticada, a ver como su marido es el que dedica su vida a la empresa y ella la que se queda en casa, al cargo del hogar y de los hijos. Se ha metido en una jaula que aparentemente puede gobernar su vida, pero cuya realidad es la anulación de su personalidad al actuar de forma mecánica y carente de sentimientos, lo que se acentúa al formar parte del grupo de madres de los compañeros de su hija y querer estar a su altura.

A través de Kayo la autora nos ofrece una dura crítica al culto de la belleza, que muchísimas mujeres practican, al consumismo compulsivo, sobre todo cuando se supone que hay ofertas y grandes rebajas en prendas de grandes diseñadores, algo que muchas mujeres son incapaces de dejar pasar aunque después no tengan ocasión de lucir esas prendas, como le sucede a Kayo.

Kayo descubre el mundo del shopping al reencontrarse con su amiga Tomoko. Esta le enseña un mundo fascinante del que ella quiere formar parte. Poco a poco ese mundo llegará a ser una obsesión que vivirá oculta; llegando a realizar trabajos no adecuados para obtener el dinero que le permitirá saldar unas deudas cada vez más numerosas.

Al principio del libro ya nos da una idea de por donde irán las cosas y a lo largo del mismo la protagonista nos va dejando vislumbrar, con pequeños retazos, cual será el final de su historia.

Kayo al comenzar nos cuenta que las mujeres japonesas se clasifican en dos grupos: oficinistas y amas de casa, pasando a explicar las diferencias entre ellas y como es posible reconocerlas con un golpe de vista.

También nos comenta que existen cuatro religiones: budismo, sintoismo, cristianismo y, la más moderna, felicismo.
Esta última tiene sus templos en los grandes almacenes.

La autora nos ofrece una lectura fácil de seguir, con una narración sencilla y fluida, dejando al lector en muchas ocasiones con la duda y en la incertidumbre del camino que elegirá la protagonista. Además al ser la narración en primera persona los lectores se meterán de lleno en la misma, sintiendo y viviendo lo mismo que Kayo, aunque muchas veces no entenderemos su forma de actuar, lo que se puede explicar por la diferencia, cada vez más pequeña, entre Occidente y Oriente.

Desde luego, la lectura de esta novela nos servirá a muchos para ver con otra mirada a Japón, un país que todos imaginamos de otra forma.

Una buena novela que nos abrirá los ojos y nos inducirá a reflexionar sobre el consumismo desmesurado, las falsas apariencias, la hipocresía y la doble vida que pueden destruir la más sencilla de las vidas.

Mila L. Castelo