Manicomio. Una historia real

Opinión:

Resulta bastante espeluznante pensar que la autora, aunque bajo el nombre ficticio de Clara, haya tenido que pasar por algo así. Ella y muchos más. Si hay una buena historia de terror, esa es la de tener una enfermedad que no controlas, en la que la cabeza juega malas pasadas, y que convierte tu vida en un infierno gracias a la ineptitud y desconocimiento así como el mal trato de algunos que se hacen llamar profesionales. Porque es verdad, en sanidad, tanto pública como privada, pero especialmente en la pública, siempre ha habido gente que debería estar en la cola del paro dejando el puesto a entusiastas de su trabajo que traten con cariño y amabilidad a los enfermos. Porque ellos pueden tener un mal día, pero los enfermos SUFREN. Y Montse Batalla aprovecha para denunciar esto, cosa que me ha parecido no sólo bien plasmado si no una de las mejores cosas de la novela gráfica. La otra, por descontado, es el final más o menos feliz, que se basa en cómo está ahora Montse.

Es imposible no empatizar con la chica, no sentir lástima, tener ganas de introducirte en ese comic -más que nada porque sabes que está basado en hechos reales- y sacar a patadas del manicomio a gente inhumana que tenían el poder de empeorar las cosas con los pacientes.

Clara tiene en su encierro el apoyo de otros pacientes que son más conscientes de sus problemas mentales. Ella tiene dudas porque para empezar el médico hace algo que nos deja ojipláticos; escribe como una verdad absoluta que a ella le pasa algo que jamás le ha pasado. A partir de ahí es un infierno del que cuesta salir. Pero se sale. Clara tiene la ayuda de su familia y sus amigos, pero también el interés por saber qué le pasa en realidad. Si no es esquizofrenia, ¿cuál es su problema? Porque el problema existe, pero no vale medicar a alguien con unas pastillas que sirven para otro problema mental.

Me ha parecido brutal, totalmente aconsejable, y es a un mismo tiempo un canto de victoria, una muestra de valentía, una crítica fundamentada a algunos profesionales ineptos, y una forma de apoyar a quienes se encuentran en situaciones parecidas.

Por su parte, Xevidom dibuja a la perfección, con un estilo natural y realista en blanco y negro, el proceso por el cual pasa Clara, desde antes del brote, mediante el internamiento, el tratamiento equivocado, la salida, la esperanza y, finalmente, el tratamiento correcto.

Bien por los autores. Bien por la editorial por decidirse a publicarlo.

Anika Lillo