Los hambrientos y los saciados

Opinión:

Es difícil sustraerse a opinar sobre el tema de la inmigración. Actualmente está presente en todas partes. Por una parte, a través de la televisión, las redes sociales y el resto de medios de comunicación. Por otra, en lo que se percibe en el propio entorno; a lo que se tiene que añadir la propia naturaleza de la persona en concreto, que lo de ser inmigrante o no, también tiene su importancia y, en según qué lugares, incluso puede ir por barrios.

Podrá ser a favor, podrá ser en contra o, lo que observo a menudo, dependerá de cada caso y sus circunstancias. Tras leer esta novela, es posible que cambie la opinión del lector, o tal vez no. De lo que sí estoy seguro es de que a muchas personas les dolerá en el alma tal como se presenta en esta novela. Dura muchas veces, dulce en ocasiones, incluso habrá alguna que parecerá un chiste, pero es que la vida es así.

En "Los hambrientos y los saciados" hay una evolución del tema, desde un inicio, que se ve bastante normal y donde predomina la visión propia de un programa de telerrealidad, hasta un momento en que se ponen a prueba las convicciones personales del lector.

Otro detalle de las televisiones privadas es la publicidad y aquí también aparece en forma de patrocinadores, anunciantes y los detalles de marca de la presentadora. Pura frivolidad para un drama humano que amenaza con convertirse en tragedia en cualquier momento, lo que produce un morbo añadido en los telespectadores, ávidos de imágenes impactantes desde su protegido entorno a miles de kilómetros de distancia.

Entretanto, aporta una imagen de los políticos que me ha parecido extrapolable a casi cualquier país europeo, el nuestro incluido. Ya que si aquí la falta de acción nos lleva a dar vueltas y vueltas a lo mismo desde hace bastante tiempo, ahí también están a verlas venir a ver si todo se arregla por sí solo.

"Los hambrientos y los saciados" es una novela que remueve las conciencias de manera paulatina, a medida que la marea humana se mueve de un sitio a otro, lejos al principio, cada vez más cerca, hasta que se hace visible justo ahí, enfrente, al otro lado de la valla, y tendremos que responder a una sencilla pregunta: ¿Les dejarás pasar a esos refugiados que están ahí, mirándote, con la esperanza pendiente de un hilo, que tú decidirás si lo rompes o no?

Selin