La última llamada

Opinión:

Es el don de Empar Fernández el de llevarnos a la raíz de la emoción, a los cauces profundos que mueven el alma humana. Allí está el eterno motor que nos hace avanzar o quedarnos estáticos. Emociones, emociones al límite, porque incluso una depresión -como la que sufre la madre de la desaparecida-, mueve al padre a buscar por todos los medios posibles la manera de encontrarla, pero que también es una forma de redención.

Cuando la verdad está dicha a medias o te inunda alguna emoción, cada paso cuenta. Julio bebe más de la cuenta, peligra su trabajo, peligra su relación de pareja, pero no deja de buscar, de "peinar" la zona en busca que alguna pista para encontrar a su hija. Han pasado tres años, cualquier pista ya está fría, pero no para en su empeño, aunque eso le lleve a buscar soluciones poco ortodoxas como adentrarse en el mundo de lo sobrenatural.

En el caso de esta novela, la emoción que acapara el escenario es la culpa, casi a la par con el dolor, pero es la culpa, ese cúmulo de posibilidades cuando se toma tal o cual decisión... ese "qué hubiera pasado si..." que no deja vivir a Julio y que le hace revivir y rehacer una y otra vez esa noche donde sus vidas cambiaron para siempre.

Las novelas de Empar destacan por dos puntos cruciales: personajes sólidos, que evolucionan siempre y que dan pie a elucubraciones de futuro -ganas hay de ver si alguno de ellos tiene protagonismo en alguna otra novela: Yolanda, Julio, la propia vidente-, porque es como la vida misma, ¿cuántas veces no habremos leído en el periódico algún caso de desaparición y luego la posterior ayuda de personas conectadas con el "más allá"?, y por otro lado, la escritura por partida doble, una especie de "matrioska" escrita, donde una historia se inserta en otra, con otro estilo y otra percepción del mundo. Es un desafío que Empar logra con maestría y nos lleva a darle vueltas a lo del "metatexto" y sus derivaciones…. Una historia dentro de otra historia, la autora tiene recursos infinitos, tanto como su imaginación le dicta.

En este sentido, tanto historias como personajes, vuelan y se desarrollan en su propio universo, por un lado la "vida real" de Julio y su sempiterna búsqueda de la hija desaparecida y por otro las "memorias" de la vidente, que dan cuenta de una vida anterior a la que lleva ahora, con el show de videncia, de Samantha Damon, un misterio que la envuelve como un halo, pero nada es lo que parece, porque la intervención de la hermana mayor, para intentar hacer ver a su padre del error que comete, desata una reacción en cadena que nada ni nadie sospechaba y acaba uniendo ambas historias con un final del todo inesperado.

Por otro lado está ese otro aspecto del alma humana: el convencimiento de una conexión con aquellos que no están, los que han traspaso el umbral. Es que cuando se entrecruzan emociones, culpa y preguntas sin respuesta el resultado es "La última llamada", una novela inquietante, de alta calidad y que remueve algún recuerdo porque todos tenemos a alguien en el otro lado al que nos encantaría decir todo aquello que en momento no se dijo....

Carol Inabé Barba