la prueba

Opinión:

El primer libro de la periodista Carmen Gurruchaga retrata de manera ciertamente interesante y verídica el mundo de la abogacía española a través de una historia principal sobre la que confluyen otras adyacentes, salpicado todo ello con las historias personales de los personajes también entrelazados entre si.

En el libro aparecen las dos visiones sobre la Abogacía que podemos encontrar en la actualidad; por una parte la de los abogados enamorados de su trabajo y que realizan una gran labor social recreado en el Despacho de Aitor, Jimena, Jorge y Roberto, de tamaño medio que ha conseguido con el tiempo tener un cierto prestigio y con abogados especializados cada uno en una rama del derecho pero que se apoyan entre si; por otro lado la de los abogados cuyo único interés es el dinero recreado en el Despacho de gran tamaño (Sociedad anónima) del Letrado José Luis Martínez cuya ambición sin límite por el vil metal le ha hecho desprenderse de sus principios (si alguna vez los tuvo), convirtiéndole en gran medida en un “esclavo” de sus clientes, mafiosos en toda la regla. No obstante ello no debe verse como una crítica a ese tipo de despacho, sino que la historia así lo requería.

La recreación del despacho de tamaño medio nos permite conocer varios detalles del desarrollo de un despacho profesional al uso, que como demuestra conoce bien la autora; por una parte en función del viaje de Aitor, vemos como los abogados deben acomodarse a las necesidades del mismo, repartiéndose las vacaciones de manera que no se deje desasistido, y por otro lado nos permite conocer cómo funciona el Turno de Oficio.

Y es en la explicación del mismo, donde la escritora hace un homenaje sentido a la profesión al relatar como los abogados a los que ya no les es “necesario “económicamente el Turno de Oficio – básicamente por la posición de prestigio alcanzado -, sin embargo, continúan adscritos a él realizando una gran labor social, que en demasiadas ocasiones no cubre los gastos que ocasiona. También homenajea cuando relata que muchos de los clientes de uno de los Letrados (el penalista Roberto) son pobres de solemnidad pero no por ello dejan de ser asistidos.

En la crítica al otro despacho podemos encontrar uno de los mayores peligros de la profesión y es el riesgo de que el centro de la misma sea el dinero, convirtiéndose en el único objetivo que al final ciegue cada una de las actuaciones del Letrado.

El libro trata temas de gran actualidad, pues amén de relatar la historia de violencia entre la ex pareja con la lucha por la custodia de la hija, relata el mundo de la prostitución de lujo y las drogas y nos permite un acercamiento a los tesoros que se encuentran en los barcos hundidos en el fondo del mar, que es actualmente tema de conversación y conflicto mundial por las últimas decisiones de Tribunales de los E.E.U.U. que tratan de salvaguardar el derecho de esta Nación sobre sus galeones hundidos en todo el mundo.

Así mismo hay un lugar para la crítica social, cuando la autora en boca del Abogado Jorge (experto en extranjería) explica cómo funcionan los centros de internamiento de extranjeros (CIE) manifestando “se producen en ellos violaciones sistemáticas de los derechos humanos, como palizas, humillaciones, falta de atención médica, carencia de tutela judicial efectiva…” dando a conocer la Directiva conocida de la “vergüenza” que quiere prolongar la detención en dichos centros de los extranjeros a 18 meses.

La lectura del libro es muy amena, pues está escrito con mucha habilidad permitiendo ir descubriendo paso a paso las relaciones de los personajes, las relaciones de las historias entre si, lo que incita a ir leyendo cada vez más, y que a pesar de las páginas del libro al final se quede algo corto.

La historia es brillante, la conjunción de personajes y la ambientación son magníficas, fallando un poco en la resolución, algo forzada y rápida teniendo en cuenta la gran trama que se cuenta.

No obstante es un libro de recomendada lectura que puede dar a conocer un poco el mundo jurídico  a la gente que lo desconoce; eso sí, así como el inicio de la trama empieza inicialmente “normal“ en un despacho de abogados, alcanza tintes un poco “peliculeros” o de despacho de muy alto nivel en la resolución, aunque comprensible teniendo en cuenta que se trata de una novela.

Carmen Gurruchaga ha comenzado lo que sin duda será una fructífera carrera como escritora de novelas.

Raúl Borondo García