los vigilantes de los días
Título: los vigilantes de los días
Título Original: (los vigilantes de los días, 2011)
Autor: Alberto Granados
Editorial:
Espasa
Copyright: © Alberto Granados, 2011
© Espasa Libros, S.L.U., 2011
1ª Edición, 2011
ISBN: No definido
Etiquetas:
acción
autores
aventuras
book
corrupción
ebook
e-book
escritores
españoles
género negro
hispanos
intriga
libro electrónico
literatura española
literatura hispana
mafia
méjico
méxico
misterio
thriller
Argumento:
Richard Cappa viaja desde Nueva York a México para grabar un reportaje para la CNN antes de la llegada de Obama al país. Uno de los escenarios le llama la atención y termina volviendo de noche, pero en esta ocasión se convierte en testigo de un crimen ritual donde la chica no parece poner resistencia. Al perder la cartera allí mismo se convierte rápidamente en el punto de mira de un mafioso cuyos tentáculos van mucho más allá de su propio país.
El millonario que organiza el crimen se lucra, precisamente, satisfaciendo los más bajos instintos de la gente más depravada del mundo, una élite de gente malsana que disfruta del resultado de ciertas desapariciones muy famosas en México. Para elaborar los rituales tienen de su parte a un grupo peculiar y criminal llamado Los Vigilantes de los Días.
Opinión:
Con una muy atractiva portada, Alberto Granados se estrena como autor de ficción en la novela “Los vigilantes de los días”.
A Alberto ya lo conocíamos en Anika Entre Libros por “¿Es eso cierto?” y por “Leyendas urbanas. Entre la realidad y la ficción”, libros más comunes en una bibliografía de no ficción que nos remitía a sus intervenciones y trabajos en prensa y radio como divulgador y presentador.
La ficción es otra cosa, y “Los vigilantes de los días” lo demuestra. Tratando de hilar una trama de aventuras, acción y algún puntito de humor, el thriller busca la complicidad del lector mediante sus personajes, aunque no es tan fácil estrenarse con matrícula cuando se comienza en el mundo de la novela. Lo que promete inicialmente (el thriller, las aventuras, la acción...) lo da, pero es posible que encontréis también algún punto flojo ya no en la historia si no en los personajes. Al principio, debo reconocerlo, me costó entender que su protagonista (el periodista de origen español afincado en New York, Richard Cappa) fuera tan insensato, un tipo al que en vez de asustarle las consecuencias de sus actos se tirase a la piscina sabiendo que estaba vacía. Más me asombró que la chica de la novela (Rosa, mexicana y arqueóloga que le ayuda en sus aventuras) aceptara a ciegas los mismos peligros. Estuve pensando un tiempo que la novela, sólo con un poquito más de humor, hubiera sido una comedia perfecta. Como drama no me convencía, y el thriller siempre suele ser más dramático que humorístico. Finalmente decidí aceptar que Cappa ya había hecho cosas como estas –como se deja caer en algún que otro momento- el de meterse en líos y no pensar en las consecuencias, y me dejé llevar, pero confieso que me cuesta mucho darles credibilidad a sus papeles principales.
La trama, finalmente, es más mundana que misteriosa: corrupción, abuso de poder, criminales, mafias, secuestros de muchachas, sacrificios... la maldad humana al servicio de una novela que, sobre todo, dibuja magníficamente la ciudad de México. Una de las cosas que más me ha gustado ha sido precisamente esto: la forma de hablar de los mexicanos, que incluye sus modismos y su carácter, me hacía ver con toda claridad a sus personajes, y las calles de la ciudad eran visualizadas con total nitidez. El transportarte así a México y hacerte ver una parte del D.F., de Ciudad Juárez o de Teotihuacán es un punto a favor del autor.
Otra cosa que aprecio de “Los vigilantes de los días” es la cultura popular y el mundo de las leyendas mexicanas. A lo largo de la novela sus personajes nos cuentan algunas historias relacionadas con México que he encontrado muy amenas e interesantes, y en este caso me han parecido muy bien insertadas en la trama.
Además descubrimos algunos cameos (para algunos fácilmente reconocibles) como el del periodista Jon Sistiaga o del restaurador Kike Sarasola, y nos pasan desapercibidos otros de los que nos da buena cuenta al final de la novela.
Sólo aconsejaría al autor que no abuse tanto en obras próximas de las exclamaciones. Hacer que los personajes enfaticen tantísimo todo lo que dicen resta credibilidad a las conversaciones. Se ve forzado y cuesta creer que alguien hable así. A mí no me ha convencido y durante todo el tiempo ha sido un hándicap a la hora de leer la novela sin prejuicios.
Cierto que la novela es muy entretenida, pero además se enriquece con diversas ilustraciones del propio autor donde vemos cómo Cappa va tomando notas y dibujando algunas imágenes durante su peligrosa aventura. Estas imágenes me han evocado las libretas de Javier Sierra o de Jordi Sierra i Fabra y me pregunto si Alberto Granados también será de esos autores que llevan un bloc de notas consigo donde recopilan información, aventura, dibujos y trabajo. Si es así, me encantaría verla.
Anika Lillo
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