Anika entre libros

la posibilidad de una isla

Ficha realizada por: Eloy M. Cebrián

Título: la posibilidad de una isla
Título Original: (la possibilité d´une île)
Autor: Michel Houellebecq
Editorial: Alfaguara


Copyright: Año 2005 ISBN: 8420469149
Etiquetas:

Argumento:

La posibilidad de una isla es la historia de Daniel, famoso por sus monólogos cáusticos en los que mezcla la provocación con una visión fría y cruel de la existencia. El protagonista narra los últimos años de su vida, sus relaciones sexuales y amorosas con Isabelle y con Esther, y su contacto con una secta cuyos miembros aseguran que el ser humano alcanzará la inmortalidad. Alfaguara.

Opinión:

FUENTE: Blog del autor (www.eloymcebrian.com)

Hace algunos días ya que terminé La posibilidad de una isla, de Michel Houellebecq, publicada en España por Alfaguara, que esta vez se ha convertido en el mejor postor. Cuando aún no me he recuperado completamente de este libro, sucumbo a la tentación de dejar aquí esta nota urgente.

Esta es la cuarta novela que leo de este maravilloso canalla francés (la precedieron Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales y Plataforma, todas ellas en Anagrama). Y en cada una de ellas he encontrado argumentos contundentes para seguir leyendo y admirando a este quinto jinete del Apocalipsis. A Houellebecq se le lee con miedo. Sabemos que cada libro supondrá un mazazo para nuestra conciencia, que vamos a pasarlo mal, y que concluiremos la lectura un poco más cínicos y un poco más desolados que cuando la emprendimos. Además de ser auténticos masoquistas, supongo que los miembros de su amplio círculo de admiradores tenemos algunas cosas más en común. Compartimos, creo, una visión un tanto desesperanzada de la sociedad, la convicción de que la vida en el mundo occidental aliena al individuo y lo conduce a un punto sin retorno. El lugar baldío y sin esperanza que Houellebecq describe en sus ficciones es el mundo en el vivimos, superpoblado de seres solitarios que se cruzan sin conocerse, que se encuentran sin amarse, que se ven obligados a huir de sí mismos mediante el hedonismo, el sexo o las drogas. Se trata, sin embargo, de fugas sin esperanza, pues la realidad excluye los paraísos. La codicia, la satisfacción inmediata, el sexo despojado de afecto y convertido en objeto de consumo, los mensajes embrutecedores e incesantes de los medios de comunicación... Nada hay fuera del mundo atroz que habitamos. Nada mejor cabe esperar. Los nuevos gurús hablan de otras culturas, otras sociedades, de formas de vida alternativas. Pero para los millones de seres humanos que se ven forzados a llevar esas vidas alternativas, la única esperanza es abandonar sus lugares de origen, escapar del hambre y la miseria, y venir a disfrutar de nuestra sociedad del placer y del consumo. Las religiones aniquilan el discernimiento, embotan la inteligencia, embrutecen a los seres humanos con falsas promesas. Algunas incluso los transforman en armas listas para ser disparadas en cualquier momento. Vivimos igual que soñamos: solos (¿recuerdan de El túnel, de Sábato?). La soledad. Siempre la soledad. Y además de soportar el peso intolerable de sabernos solos, debemos enfrentarnos al horror de nuestra decadencia física, tal vez la única certeza en este mundo de espejismos. De todo esto, y de algunas cosas más, tratan los libros de Michel Houellebecq. No es de extrañar que el autor reciba andanadas desde todos los flancos y que, sin embargo, lo siga un ejército de fieles lectores cuyas filas se engrosan constantemente. Necesitamos escritores que nos hablen de todo esto, de lo absurdo, de lo atroz, de lo que parece no tener solución. Para curar las enfermedades, antes es necesario contar con un diagnóstico preciso. No puede decirse que los libros de Houellebecq posean virtudes curativas, pero jamás he leído diagnósticos más certeros.

Lean a Houellebecq. Disfruten de su mirada ácida y brutal. Su mirada de bisturí espantosamente afilado. El mundo necesita sus libros, porque sus libros ofrecen modelos para comprender e interpretar el mundo. Hay mucha más verdad en una sola página de Houellebecq, o de Saramago, o de Palahniuk, que en la suma de todos los discursos de los políticos que nos gobiernan. No hay futuro. O al menos no lo hay si antes no somos capaces de comprender la magnitud del naufragio. Después, sólo nos queda seguir creyendo en la posibilidad de una isla.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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