Anika entre libros

la mancha humana

Ficha realizada por: Santi37

Título: la mancha humana
Título Original: (the human stain)
Autor: Philip Roth
Editorial: Alfaguara


Copyright: Madrid, 2001 ISBN: 84-204-4324-7
Etiquetas:

Argumento:

Coleman Silk es un profesor de Universidad de la Costa Este que tiene un lío con Faunia Farley, una asistenta de la Universidad. Sus colegas le hacen el consiguiente vacío, la asistenta es analfabeta, Silk se encierra a escribir, y pasan unas cuantas cosas más que he olvidado casi completamente. ¿El título? la dichosa Mónica Levinky y su vestidito...

Opinión:

Según muchos críticos, Philip Roth es el gran cirujano de la sociedad norteamericana, poniendo al descubierto las miserias del país, con una prosa limpia, equilibrada y tal. Pues me ha dejado menos huella que una mosca. Este Gran Escritor Norteamericano me ha parecido un señor ladrillo, o cuando menos, irregular, a la vista de esta novela que creo que será la única que lea de él. Tras el primer capítulo, en el que la narración transcurre sin sobresaltos, viene un gran flashback en el que se descubre que el tal Coleman Silk no es judío, como se suponía, sino... ¡negro! ¡Y no lo ha descubierto nadie! ¿pero en los EE.UU. no hay espejos?

Así que yo me extraño de esta asombrosa miopía de todos los compañeros de la Universidad de Coleman Silk, pero sigo leyendo: asistimos a sus primeros noviazgos con chicas blancas y tal, y yo me acuerdo de repente de un dramón de los años cincuenta, con Lana Turner y la hija de su asistenta negra, que es sólo medio negra, y que rechaza a su mamá. El final era estupendo, con la madre de la niña, de cuerpo presente, y Ella Fitzgerald cantando en el funeral, un espiritual de aquí te espero. Pero me estoy saliendo del tema. "Será que es poco negro, como aquella chica", pienso. Y sigo leyendo.

Algunos pasajes tienen belleza y misterio narrativo, sí, pero la subtrama del enésimo veterano grillado de Vietnam, la otra subtrama de la enésima profesora francesa, mitad víbora, mitad zorra, invitada a la Universidad, y las parrafadas intelectualoides de los demás profesores me cansan hasta la exasperación.

Así que volvemos al problema racial del profesor Silk, y la cosa remonta algo. Pero este Philip Roth me da que carece de sentido del humor. No es que pretenda reírme desaforadamente con cada novela que leo, entendedme, por favor; varios de mis autores favoritos no son chistosos, pero al menos lo que cuentan sí tiene gracia, no sé si me explico.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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