la librera y el hereje

Opinión:

Aunque transcurra en un siglo diferente a sus otras dos novelas anteriores, el trasfondo religioso es el mismo: el conflicto por el acceso a una Biblia comprensible para los profanos, enmarcado dentro del escenario principal de la lucha política entre el poder temporal de la Iglesia y el de los monarcas europeos que no aceptaban que aquella se inmiscuyese en el abasto de su respectivo poder sobre sus súbditos.
 
Como se trata de una novela histórica que cuenta con la presencia de personajes harto conocidos como Enrique VIII y Ana Bolena, además de una participación importante de Tomás Moro, la trama se sustenta en otros personajes que sí permiten un desarrollo literario, tal cual son los protagonistas del título en español, bastante más descriptivo y comercial, al menos para muchos lectores que se sentirán atraídos por la relación directa con los libros, que el original en inglés, que hace hincapié en la circunstancia religiosa de la pareja.
 
No obstante, también esos personajes de gran relevancia tienen su participación en la trama, aunque sea como secundarios de lujo, pues contribuyen a situar el momento histórico y sus circunstancias. Claro que la presentación que hace de ellos es algo dispar. Así, mientras que Tomás Moro se perfila como un furibundo fundamentalista religioso, la pareja real le da un toque de morbo a la novela al airear en medio de la corte sus relaciones adúlteras, dando el espectáculo.
 
Aparte de los acontecimientos históricos relatados, Brenda Vantrease dedica una especial atención a lo cotidiano, al día a día, de manera que enriquece la trama con las normales vivencias de todos los protagonistas. Son detalles que aportan la suficiente vitalidad como para hacerlos verosímiles y dejen de ser un nombre sobre el papel para presentarse como personas reales.
 
A medida que leía “La librera y el hereje”, me daba perfecta cuenta de donde me llevaría la historia, aunque hubiese preferido otros derroteros. Algo normal tratándose de una novela histórica que no puede modificar los hechos, tan solo rellenar algunos huecos, a los que no se haya prestado atención académica por banales o por falta de documentación al respecto, y dramatizar lo que ocurrió (o pudo haber ocurrido) para hacerlo más atractivo al lector.
 
Aún así, me dejé llevar por una trama bien elaborada y mejor contada, que engancha desde el principio, en muchos momentos emociona y cuando finaliza sientes la satisfacción de haber disfrutado de una buena novela. 
  
Selin