La gran fuga

Opinión:

Bueno... Esta es una novela que tiene cierto atractivo, pero empieza mal. Y es que la autora, desde el principio, insiste, insiste e insiste en describir a su protagonista (Lucy) con un perfil poco creíble a juzgar por cómo se comporta. Y si el perfil no cuadra, es difícil empatizar con el personaje.

Nos dice Susan Elizabeth Philips que Lucy (que vivió un infierno antes de ser adoptada junto a su hermana por la presidenta de EEUU) es una mujer de treinta y un años, vive rodeada de lujo, y está muy unida a su hermana pequeña y al resto de niños, naturales o adoptados, que componen su familia. También está enamorada de Ted, un hombre "diez" en todos los aspectos. Es, igualmente, una joven sensible, que trabaja en temas sociales y se implica intensamente en la labor. 

Y resulta que con ese currículum, Lucy es capaz de dejar a su novio en el altar y someter a sus padres a la humillación pública que supone su fuga ante personalidades de todo el mundo, montones de espectadores y una prensa dispuesta a convertirlos en el hazmerreír a causa de la condición de ex presidenta de la madre. Tampoco la protagonista se toma la molestia de llamar a nadie, excepto a una amiga y transcurridos unos días.

Por otra parte, ¿es posible que la hija de la que fue presidenta de EEUU logre salir de una iglesia repleta de personalidades, guardaespaldas y cámaras? Y corre con tacones de aguja, envuelta en una túnica que atrapa al vuelo y encuentra muy oportunamente...

Como no puede ser de otro modo en una novela de tinte romántico, Lucy se acaba enamorando del motero Panda, a pesar de que la trata con rudeza y parece poco fiable. Por ello, cuando se separan, ella no está dispuesta a regresar a casa tan pronto. Descubre que ese hombre es propietario de una casa situada en un islote de "Los Grandes Lagos" y allí se traslada, instalándose de okupa.

Panda aparece por esa vivienda acompañado de una clienta, una famosa dispuesta a pagarle una fortuna para que la ponga en forma y logre que pierda peso. Ahí conviven los tres, adaptándose todos ellos a un régimen infernal, en una casa aislada y ubicada en un islote pequeño.

Las idas y venidas de los personajes, el enamoramiento entre Lucy y Panda, la convivencia con la otra mujer y el contacto con Bree, que vive en una destartalada granja cercana con un niño de doce años a su cargo, van conformando una historia en la que hay sexo, secretos antiguos, relaciones humanas, frustraciones y algunas actuaciones insólitas, especialmente cuando Lucy se transforma en Víbora, una doble suya, un "alter ego" mucho más desenfadado y aventurero que el titular.

El carisma de los personajes, más allá de la protagonista, tampoco me ha gustado. Hay demasiadas escenas, conexiones entre ellos y actitudes bastante inverosímiles. La auténtica personalidad de Panda, su profesión real o la implicación con la fuga de Lucy me parecen forzados. También la forma de actuar de la clienta-rica-famosa y la historia de la granjera Bree suenan muy fantasiosos. Bree, en concreto, es un personaje secundario al que se dedican demasiadas páginas, en mi opinión. Protagoniza una retorcida historia paralela que no ha conseguido despertar mi interés, de nuevo por el modo de proceder del personaje. 

Me ha costado seguir la trama en algunos momentos, tal vez porque el estilo de la autora es algo distante, o quizá porque resulta poco creíble en muchas ocasiones. Las conexiones de los protagonistas con un retorcido pasado, se explican a medias, probablemente para despertar interés, pero es fácil perderse.

Creo que Susan Elizabeth Philips ha intentado plasmar en la novela algo así como el pánico escénico, o el pánico a una vida que, aunque resuelta y repleta de lujos, conlleva responsabilidades y exposición pública. Y claro que eso es factible, que surjan dudas, que la protagonista decida vivir a su aire y hasta cree un "alter ego" al que llama Víbora y encabeza todos sus desenfrenos. Pero, en mi opinión, la historia habría sido más creible con un personaje menos perfecto o más joven. No se explican los motivos que impulsan a una mujer hecha y derecha a tomar una decisión tan trascendente en un momento especialmente crítico. Lo que sí hace la autora, en cambio, es tratar de convencer al  lector de que una persona adulta, ya marcada por una infancia terrible, sea capaz de comportarse como una jovenzuela sin seso.

Bueno... Todo esto no deja de ser mi opinión personal, y existen tantas como lectores. No todos buscamos las mismas cosas en una lectura ni tratamos de encontrar verosimilitud en las historias. Sí es cierto que la novela resulta distraída en algunos momentos. Es posible que a los aficionados al género romántico y a los seguidores de Susan Elizabeth Philips les guste el libro. ¡Ahí lo dejo!

Pilar López Bernués