La ciudad de los libros malditos

Opinión:

Al margen de que extrañamente no coincida el título de la portada, "La ciudad de los libros malditos", con los títulos que aparecen en el interior, "El lugar de los libros malditos", esta novela se deja leer con placentero interés por todo lector que disfrute con tramas negras de misterios y crímenes.

Sin duda Luis Felipe Campuzano domina las técnicas narrativas, ofreciendo un suspense que no decae en ningún momento, en el decorado urbano de la ciudad de Sevilla que sin duda conoce al dedillo. Con la excusa de libros prohibidos antiguamente por el Santo Oficio, una trama criminal envuelve a un puñado de víctimas que se ven envueltos en una desasosegante espiral, bien estructurada en términos narrativos por el autor, que no se conocen entre sí hasta que su inocente compra de libros antaño prohibidos les ligan, en una inesperada red trenzada con un hilo invisible e involuntario, a una locura criminal conducida en sucesivos episodios por individuos marcados por la tragedia o el horror, y obsesionados con la muerte que debe tocar con su implacable mandato a los inocentes compradores de unos libros tan famosos como inocuos a la vez que antiguos.

Afortunadamente el autor no recurre a la truculencia de otras obras de este tipo, ni se recrea con situaciones desagradables, sino que invita con descripciones muy medidas a la imaginación del lector a esos ambientes tenebrosos, inquietantes, narrando con exquisito tacto los momentos trágicos que acontecen a algunos de los protagonistas de la obra.

Protagonistas que en algunos casos son prototipos de personajes fácilmente reconocibles en una sociedad tan singular como la sevillana, esa que se exhibe y consume la vida social en bares y tascas asomados a las conocidas calles de su trazado urbano, como ese atildado abogado que se convierte en líder improvisado del colectivo de víctimas, o el funcionario que expresa una determinada manera de vivir.

Campuzano ofrece sin duda una obra de interesante lectura, amena, que engancha gracias a un buen ritmo narrativo en una trama tan improbable como atractiva y placentera para los que gusten de lecturas de misterios y crímenes.

Jorge Riet