La cicatriz (Bas-Lag 2)

Opinión:

"La cicatriz" fue, por casualidades de la vida, el primer libro que leí de China Miéville. Comprado en una pequeña tienda de libros de segunda mano en Vancouver, el argumento de contraportada me llamó lo suficiente como para hacerme con él, a pesar de no saber nada del autor hasta entonces. Y de no tener muy claro si iba a poder con una novela a medio camino entre la ciencia ficción, la fantasía y las novelas de aventuras, en inglés. Me costó un poco, todo hay que decirlo, pero me encantó aquella mezcla, aquel mundo increíble de piratas y alienígenas. Así que es de imaginar mi alegría cuando supe que Nova rescataba la obra y planeaba publicarla de nuevo en España. Claro que no contaba con que mi "pequeño" libro de bolsillo de 578 páginas se hubiera convertido en todo un ejemplar de más de 750.

Lo cogí de nuevo, a pesar de la sorpresa inicial, y pronto volví a sumergirme en el mundo creado por Miéville. Volvía a estar a bordo del Terpsícore primero, rumbo a Nova Esperium, y del Armada después, un barco hecho de restos donde conviven razas, sociedades y tecnologías pero cuyo destino final ya no depende de la protagonista. La captura de un avanc, una criatura gigantesca de otra dimensión que hace incursiones ocasionales en los mares de este mundo, servirá como tema central para avanzar una trama en la que comprobaremos de nuevo hasta dónde llegan los límites de Miéville a la hora de imaginar criaturas, en este caso submarinas.

Pero no es el avanc y su captura lo que, a mi juicio, hace que se mueva la trama. Lo que me llevaba a seguir leyendo página tras página, una vez superado un primer tercio algo lento y, en ocasiones, farragoso, era, una vez más, la capacidad del autor para hacer crítica social en un universo que está continuamente desafiando lo que conoces. Es la crítica a una democracia participativa que pronto empieza a virar hacia un despotismo ilustrado, la reflexión sobre la libertad individual, la importancia de las creencias, el fanatismo político en líderes y seguidores. Un ensayo sobre los sistemas de Gobierno y la sociedad, pero también sobra la nostalgia y los deseos encarnada en Bellis y su deseo de regresar a un hogar que ha abandonado por decisión propia.

"La cicatriz" es, por todo ello, una lectura más que recomendable que permite al lector ahondar en Bas-Lag, en el talento de Miéville y que nos hace reflexionar mientras disfrutamos de una novela de aventuras que bebe de los clásicos.

María Martín