La chica de Summer Hill

Opinión:

Jude Deveraux nos ofrece una adaptación moderna y divertida de "Orgullo y prejuicio", en la que la acción va de forma paralela a los ensayos y a la propia historia de Jane Austen. La autora ha conseguido mantener la esencia de la novela, dotándola de su estilo y forma de narrar, sin que por ello la historia pierda su fuerza secular; aunque como es de esperar, para aquellos que la hayan leído, es bastante previsible en muchos aspectos, aunque aún queda algún lugar para las sorpresas.

Los protagonistas de la historia son muy parecidos a los personajes que tienen que representar. Casey es una mujer, aparentemente fuerte, que sabe lo que hace y que no está dispuesta a dejarse apabullar por un snob, rico y sin escrúpulos, como Tate, por quien suspiran todas las mujeres del pueblo. Casey tiene un pasado amoroso que intenta olvidar por las repercusiones que tuvo en su vida; es quizá su punto débil: el miedo a volver a sufrir.

Tate es un actor de películas de acción consagrado. Es guapo, tiene un gran número de fans, es rico, es perseguido por muchas mujeres y está dispuesto a descansar en su finca de Summer Hill lejos de las luces de la fama, acompañado de su mejor amigo (sin necesidad de la obra de teatro hay una clara similitud con Darcy y Bingley).

Los enredos, manipulaciones, envidias y prejuicios que rodean a nuestros protagonistas harán que un encuentro que empezó mal, más bien de una forma un tanto ridícula, no termine de cuajar a pesar del empeño que ponen los dos en llevarse bien y en que su historia sea bonita, aunque no tenga futuro. Una historia que se complica con la aparición en escena del cuñado de Tate.

Los personajes secundarios están perfectamente hilvanados y sustituyen de forma bastante fiel a sus homólogos de la novela. Y a pesar de que surgirán diversos romances e historias paralelas, éstas se integran bastante bien en la trama principal sin que parezcan forzadas.

Gracias a una narración sencilla y amena, al cuidado que la autora tiene al describir lugares y ambientes, los lectores disfrutarán de una novela romántica divertida, fresca, original y a la vez clásica, que seguro que despertará, por momentos, grandes dosis de ternura. Simplemente Jane Austen en el siglo XXI, aunque sin las agudas reflexiones de Elizabeth Benet. Así da comienzo una nueva trilogía de Jude Deveraux.

Mila L. castelo