La batalla de Occidente

Opinión:

El arte de Vuillard reside en su magistral destreza literaria para "humanizar" el relato de la Historia. Su extraordinaria literatura combina a la perfección el pequeño detalle de personas anónimas con el contexto de grandes hitos del pasado. De esa manera consigue impregnarnos de los ambientes, los gestos, las pasiones, como partes condenadas a entenderse en un conjunto de hechos y noticias que comúnmente llaman historia.

Vuillard nos ofrece en un solo párrafo, en muchos de sus párrafos, la miseria y tragedia de una guerra, la banal pomposidad de un poder decadente, la estulticia de algunos personajes con excesivo poder, al mismo tiempo que reduce con maestría las pulsiones colectivas a las acciones de algún individuo que destaca por su visión que sobrevuela las limitaciones de su tiempo.

Su narración precisa, bella, arrebatadora, a menudo trágica y con escasas concesiones a informaciones o situaciones superfluas, permite al lector una inmersión única en un tiempo pasado.

Con una sola línea, un par de párrafos, en una sola página, casa en un engranaje literario preciso y al mismo tiempo literariamente seductor osados contrastes como esa orilla arcillosa de un rio que antecede a la paradoja de las sociedades humanas sometidas a su empuje y al mismo tiempo su declive.

Cuando Vuillard nos sumerge en la espantosa tragedia de la llamada primera guerra mundial, lo hace de una manera original, única, brillante e hipnótica, porque lo anecdótico que nos señala deja de serlo en el momento que en la obra resulta una pieza imprescindible de la narración del contexto y el decurso de los acontecimientos que relata.

Cuando él apunta que "incesamente Occidente habrá descubierto en sí mismo un nuevo abismo. Ni toda la ciencia del mundo ni todos los placeres lo consolarán", para pocas líneas después describir que "el cielo está rodeado de cirios, de cohetes rojos y verdes", "avanzan entre hombres envueltos en lonas de tiendas, chorreando lluvia", "aprietan los fusiles contra el pecho y miran al suelo", está relatando la carnosidad y humanidad de la tragedia, del horror, de la locura colectiva y de ese inhumano poder que se ufana de construir destinos sobre la innoble alfombra de millones de víctimas.

Las obras de Vuillard hay que leerlas, disfrutarlas por su excepcional calidad literaria y su aguda visión de la humanidad y sus sucesos. Y especialmente esta "batalla de Occidente", porque a más de uno revelará las claves de cómo son esas cosas tan extrañas de la Historia.

Sin duda alguna, un magnífico libro.

Jorge Riet