Juegos de la edad tardía

Opinión:

A estas alturas, es obligado conocer el nombre de Gregorio Olías -o, en su defecto, el de su segunda identidad, Faroni-, protagonista de "Juegos de la edad tardía", la novela que podría considerarse como el Quijote del siglo XX. En 1989, cuando en el panorama literario español coincidían varias generaciones de escritores, Luis Landero, con 40 años, publicaba esta, su ópera prima, que recibiría el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Literatura. El valor literario de la obra fue tempranamente percibido por los críticos; es por ello que, en treinta años, este libro se ha convertido ya en un clásico de la literatura española, y por eso merece esta magnífica edición crítica que le dedica la editorial Cátedra.

Esta edición lleva un amplio e interesantísimo prólogo de Elvire Gomez-Vidal Bernard, Catedrática de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de Burdeos, en Francia. En el prólogo, y también en las numerosas notas a pie de página, Gomez-Vidal va deshilando esta compleja historia que Luis Landero había urdido con tanta sagacidad. "Juegos de la edad tardía" es, en efecto, una obra difícil a nivel narratológico, dividida en tres partes y un epílogo, con constantes saltos temporales que remiten al pasado de los personajes o al futuro de la narración, y con muchos símbolos u objetos que se repiten con un valor connotativo a lo largo de la obra.

En la primera parte, Landero presenta el extraño vínculo entre Gregorio Olías y su tío Félix, que recibe de parte del diablo tres libros: un atlas, un diccionario y una enciclopedia. En esos tres libros, Félix verá cifrado todo el conocimiento de la humanidad, y no tardará en desarrollar una obsesión por alcanzar todo ese conocimiento; ante semejante empresa, no podrá hacer otra cosa que volverse loco. Mientras Gregorio Olías baja las escaleras de casa el 14 de octubre, va recordando esos hechos, así como sus inicios amorosos con la que sería su esposa, Angelina. Toda la primera parte es, por tanto, una gran analepsis que se va sucediendo en el descenso de Gregorio a la realidad.

La importancia del 14 de octubre, el lector la conoce más tarde. Es en la segunda parte del libro donde se presenta el argumento principal: Gregorio Olías lleva una vida monótona en una empresa de vino y aceite hasta que recibe la llamada de Gil Gil, un vendedor de la empresa, que vaga por las provincias y lleva años alejado de la ciudad. Es en estas conversaciones telefónicas cuando Gregorio comienza a crear toda una mentira en torno a la ciudad y a su identidad. Se inventa un Café de los Ensayistas, como un lugar de tertulia cultural, y se crea un personaje para sí mismo, el escritor Augusto Faroni, comprometido también con causas políticas rebeldes. Toda la mentira estallará el 14 de octubre, cuando Gil anuncia que va a regresar a la ciudad.

"Juegos de la edad tardía" es posiblemente la novela más divertida y entretenida que he leído jamás. Luis Landero une rasgos quijotescos y otros kafkianos para trazar una historia donde está cuidado hasta el más mínimo detalle. Una novela monumental que, con el tiempo, se convertirá en el clásico imprescindible de las letras españolas contemporáneas.

Darío Luque