Anika entre libros

Ironía On. Una defensa de la conversación pública de masas

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Ironía On. Una defensa de la conversación pública de masas

Título: Ironía On. Una defensa de la conversación pública de masas
Título Original: (Ironía On, 2019)
Autor: Santiago Gerchunoff
Editorial: Anagrama
Colección: Nuevos Cuadernos Anagrama


Copyright:

© Santiago Gerchunoff, 2019

© Editorial Anagrama, S.A., 2019

Edición: 1ª Edición: Enero 2019
ISBN: 9788433916266
Tapa: Blanda
Etiquetas: ensayo filosofía ironía y sarcasmo conversaciones privadas conversaciones públicas nuevas tecnologías internet redes sociales literatura argentina Sócrates
Nº de páginas: 80

Argumento:

Desde hace unos años es habitual encontrar noticias que explican discusiones que han tenido lugar en Twitter. Hay quien critica que se dé relevancia a dichas conversaciones porque son de gente normal y corriente, del conjunto de personas que componen la masa. No son eruditos, no son expertos. Es cierto que a veces hay quien simplemente insulta, pero otros utilizan precisamente la ironía para señalar lo absurda que puede ser una frase o una situación. ¿Hay algo malo en eso?

"Ironía On. Una defensa de la conversación pública de masas" plantea el origen de la ironía, su relación con el aspecto político y expone un recorrido por su historia para mostrar su papel como antídoto contra la literalidad, su forma de reaccionar ante esa superioridad del jactancioso; para mostrar, en definitiva, que impide «la separación total de lo alto y lo bajo».

 

Opinión:

 

La masa, ese conjunto de personas que uno podría imaginar como algo amorfo, maleable; esa masa que se presupone manipulable y cuya opinión ahora va extendiéndose por las redes sociales. Una opinión que parece molestar a algunos, quizás porque no proviene de expertos, quizás porque es una respuesta que a veces incomoda. Siempre ha habido una desconfianza hacia las masas. No es algo nuevo. Platón ya la criticaba. También la criticó David Foster Wallace, como señala Santiago Gerchunoff. De hecho, criticaba también la televisión, porque no podíamos responder a las imágenes que nos daban. Ahora sí. Ahora es instantáneo: alguien dice una barbaridad en las noticias, en un espacio público, y Twitter se llena de respuestas, comentarios…

Según Gerchunoff, ante la ironía, ante la conversación de masas, se ha despertado cierta melancolía por lo que consideramos la verdad, la literalidad del lenguaje, lo estricto, lo experto. Creo interesante señalar que el autor está hablando de la conversación, no de internet en general. La conversación, el diálogo, eso que antes quedaba reducido a la intimidad, a los círculos cercanos y que ahora podemos extraer de nuestras cuatro paredes y lanzarlo al mundo a través de las redes sociales. Podemos equivocarnos al decir o al opinar a o b, pero tenemos la posibilidad de hacerlo, de reaccionar. Y eso, en parte, nos iguala, lo que probablemente incomode a los defensores de esa élite de expertos a los que había que admirar y a los que ahora se puede contestar.

Me gustaría señalar algo que va un poco más allá de las ideas que defiende el texto y que tiene que ver con su forma, y es que, en las notas a pie de página, donde normalmente aparecen las referencias a libros citados, aquí a veces nos topamos con pequeñas reflexiones que son en sí algo a tener muy en cuenta. Al hablar de Sócrates, por ejemplo, nos habla de su Sócrates, hecho de retazos de los diversos Sócrates que ha ido estudiando, imaginando, rediseñando… Y creo que en estas pocas líneas se esconde una sabiduría enorme. Como licenciada en Filosofía que soy, recuerdo la sensación que tenía al escuchar a algunos profesores acotar la figura de ciertos filósofos como si sólo hubiera una manera correcta de leerlos, de comprenderlos, de analizarlos. Si no repetías lo dicho, es que no lo habías entendido; ellos eran los expertos (y en muchos sentidos lo eran, pues eran profesores), y nosotros debíamos decir lo mismo. Como si hubiera una única forma siempre, inamovible. No existían retazos de un autor, sino que cada profesor parecía defender como única su visión. Me parece una reflexión interesante que abre la puerta a pensar más allá del corsé mental que a veces tenemos.

Dicho esto, este libro es una demostración de condensación, de observación y conciencia de lo que se dice. Para los que disfrutan subrayando los libro, creo que es necesario señalar que, en este caso, es como si la lectura fuera en sí misma un subrayado. Con un argumento expuesto de forma sucinta pero clara, realiza el recorrido que anunciaba al principio y extrae unas conclusiones que son una invitación a reflexionar.

 

Inés Macpherson

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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