Hacerse todas las ilusiones posibles y otras notas dispersas

Opinión:

La mejor promesa que se puede hacer al futuro lector de "Hacerse todas las ilusiones posibles", recopilación de inéditos de Josep Pla seleccionados e introducidos con buena mano por Francesc Montero es que casi todos los textos que se incluyen en esta recopilación de notas dispersas ayudan a entender mejor la España contemporánea, por aquello del refrán castellano de "de aquellos barros, estos lodos". Como ocurre con tantos y tantos intelectuales de la época, sus reflexiones parecen tremendamente actuales por la sencilla razón de que muchos de los problemas de nuestro país continúan siendo los mismos.

Desde la introducción sabemos que muchos de los textos presentes en "Hacerse todas las ilusiones posibles" no formaron parte de "Notes disperses" porque no salvaron la censura o la selección editorial. En sus hojas se habla del franquismo, del Opus Dei, se conocen retazos memorialísticos de Pla, que huelga decir tienen la calidad técnica que se espera a alguien que alumbró una delicia como "El cuaderno gris". Ya muchos críticos han observado que, efectivamente, lo que se contiene aquí no es menor si se compara con otras obras de notas dispersas. Simplemente es breve, un añadido a publicaciones anteriores como "La vida lenta".

Casi todo en el libro es triste, irremediablemente gris, de manera que el título (que se entenderá leyendo la frase en contexto en la edición) es de algún modo un perfecto antitítulo para esta obra. El Pla de la vejez es, precisamente, alguien que no se forma ilusión alguna. El texto respira un descreimiento general, en el que el magnetismo se encuentra en recorrer el camino por el que una cultura y un conocimiento de la vida como la suya lleva a un profundo, amargo, escepticismo.

Los cazadores de anécdotas y revisiones del franquismo encontrarán todo un festín en la pintura que Josep Pla hace del régimen. No les ocultaré que es un libro para iniciados en el universo del escritor catalán, lectores entregados a su legado. La cuestión es que yo sospecho que son, somos, multitud, así que nos encontramos de enhorabuena.

Rafael Ruiz Pleguezuelos