gog

Opinión:

Este libro es una rareza que esconde el mundo visto desde un punto de vista inquietante y raro: desde el de alguien que puede conseguir todo porque su riqueza es infinita y que sin embargo se aburre por no conseguir nunca nada que realmente le estimule. En realidad, es una sátira en contra del mundo absurdo en el que vivimos: el capitalismo se encarna en la figura de Gog, caprichoso y excéntrico millonario que es cruel cuando es necesario, que vive entre los hombres y sin embargo está deshumanizado. Lo que le suceda al ser humano no le preocupa y juega a propasar los límites sin piedad, en busca de estímulos que le entretengan.
 
Giovanni Papini es un vanguardista italiano que experimentó escribiendo en el período de entreguerras textos diferentes a los que se habían publicado hasta el momento. Políticamente incorrecto en su literatura, también estuvo relacionado con el fascismo: dado que dedicó uno de sus libros a Mussolini, durante mucho tiempo su literatura fue ninguneada por el gran público, que nunca discierne entre la vida y las ideas del escritor y la obra que realiza.
 
Esta obra también puede ser interpretada asumiendo que Gog es el diablo en vez del capitalismo, aunque no habría mucha diferencia: se trata de algo, o alguien, extremadamente solvente que puede conseguir lo que se proponga y a quien le traen sin cuidado las consecuencias de sus actos. A Gog le atrae todo aquello que aún no sabe, le apasiona el conocimiento y la técnica, y siente una gran inclinación por cuestiones oscuras que siguen sin esclarecerse totalmente, como la magia y las artes oscuras. Intenta cambiar a su manera todas las cosas del mundo que no le gustan, y se frustra y protesta si lo que quiere conseguir es física o humanamente imposible.
 
Por ejemplo, uno de los textos más brillantes y extremos es aquél en el que argumenta su odio hacia el cielo, contra cuyas inclemencias nada puede hacer y esto es algo que le hace sentir muy pequeño e insignificante: afirma que la evolución tecnológica del hombre es paupérrima en tanto en cuanto no ha sido capaz de conseguir modificar el clima a su antojo.
 
Otros relatos resumen sus entrevistas con otros hombres: los hay humildes, que acuden a él para solicitar ayudas económicas arguyendo todo tipo de males, a quienes Gog apenas escucha y que utiliza para su entretenimiento. Por otro lado, están los hombres ilustres para quienes Gog siempre tiene preguntas. Consigue concertar citas con ellos a través del tiempo y del espacio adelantando grandes sumas de dinero para tal fin, y así puede hablar con Gandhi, Einstein, Lenin, Edison o mi favorito, Knut Hamsun, entre otros. Todas y cada una de estas entrevistas son estupendas, textos enriquecedores y casi filosóficos en los que cada protagonista expone su punto de vista sobre las cuestiones que Gog les plantea.
 
La fuerte atracción que crea Gog con los lectores es difícil de gestionar, puesto que nunca es fácil asumir que te ha enganchado el testimonio de alguien definitivamente malo a quien jamás querrías tener cerca, alguien a quien no le importaría ser el demonio cuando asume que nunca podrá ser demiurgo, que aspira a ser el dueño de todo para manejar a los hombres como rebaño y mano de obra para poner en práctica sus ideas más atroces... Es brillante.

Mar López