Gernika

Opinión:

Este libro es tan imprescindible como oportuno para los que quieran conocer nuestra verdadera historia sin las anteojeras de los prejuicios, aunque se hayan escrito ríos de tinta más o menos afortunados sobre este tremendo episodio de nuestro pasado. Su gran rigor científico nos trae al presente el papel que este bombardeo representó como cruel anticipo de la segunda guerra mundial, sembrando las calles de cadáveres de inocentes de una tranquila ciudad como una simple experimentación de armas y tácticas de combate de ejércitos extranjeros, que después se replicaría en otros bombardeos similares igual que el de Varsovia, como si nuestro suelo se tratara de una remota colonia donde los ocupantes disponían de plena licencia para matar. También es un implacable retrato de la innoble indiferencia de los países europeos no intervinientes, que después pagarían con creces su letal ceguera a la hora de reaccionar en defensa de una democracia agredida.

Un libro en el que también están presentes las mentiras vergonzantes de un régimen complaciente y entregado a este genocidio. Unas mentiras que, aunque quedaron pronto en evidencia gracias al trabajo de arriesgados corresponsales internacionales que contaron al mundo la sangrienta tragedia, ha costado décadas desmentir y clarificar como hace con brillantez este hercúleo trabajo de Xabier Irujo. Como este historiador nos informa, para aquellos que atribuyen de manera malévola el protagonismo histórico de este suceso al famoso cuadro de Picasso, las noticias sobre este bombardeo en la prensa norteamericana, anteriores a la fecha de su exhibición en el pabellón español de la Exposición Universal de París, superaron las 7.000 y sólo el New York Times publicó 63 artículos sobre este ataque aéreo.

Como Irujo nos muestra, la verdad real fue diferente a la verdad oficial durante décadas, porque los responsables directos del bombardeo fueron las tropas alemanas, las italianas y las autoridades militares rebeldes españolas. Han tenido que pasar muchas décadas para conocer hoy la realidad sin penosos matices ni dolorosas mentiras de aquella infame tragedia. Aquel terror organizado para convertir una pacífica población en un teatro del horror donde ensayar con siniestros juguetes de destrucción y muerte. Un bombardeo que, además de esa "experimentación" bélica, también persiguió destruir símbolos, como una ecuación perfecta diseñada para eliminar al enemigo. Una acción militar infame que persiguió la muerte de personas desarmadas e inocentes, en vez de la destrucción de instalaciones de interés militar, gracias a un uso desproporcionado de armamento letal.

Este es un notable ejercicio intelectual que remueve la siempre incómoda memoria histórica de nuestro país, con las verdades que muchos negaron o tergiversaron, en una obra muy bien escrita y perfectamente documentada, para lectores de todo tipo, tanto expertos como profanos. Como señala el prestigioso profesor Ángel Viñas en el prólogo del libro, esta obra cumple una doble función, es desmitificadora y terapéutica. Porque es una brillante síntesis de miles de documentos y testimonios, que algunos incluso estaban vedados a los historiadores hasta hace muy poco tiempo,que sirven al ensayista para desmentir el manipulador relato franquista de aquella tragedia y las distorsiones interesadas de los dudosos historiadores que se prestaron al juego de la mentira. Este es el libro de un recuerdo necesario, porque alivia el cúmulo excesivo de ausencias de respuestas que la memoria histórica de este país aún almacena en su seno. Y necesario porque todavía hoy es noticia la dificultosa eliminación de los rastros de antiguos homenajes, en forma de nombres de parques o calles, a los viejos protagonistas del pasado más oscuro.

Gernika es un símbolo de una importancia universal. Como nos recuerda el autor en el libro, sin duda es revelador que se tapara una reproducción del famoso cuadro de Picasso en una sala de la ONU, cuando un Secretario de Estado de los Estados Unidos se dirigió al Consejo de Seguridad para pedir el apoyo para una acción militar de ataque aéreo masivo contra Bagdad en la llamada segunda guerra de Irak. Aquella guerra basada en mentiras. Por eso sigue vigente la necesidad de una reivindicación de la verdad como memoria necesaria, como tardía justicia de las víctimas inocentes de los genocidios, perpetrados con la banal excusa del fanatismo radical que contradice los conceptos más elementales de humanidad y justicia. Y cómo no, también como memoria que sirva de advertencia para generaciones venideras. Por todo eso es importante leer "Gernika" de Xabier Irujo, conocer la verdad de lo que ocurrió, de ese bombardeo que, como señalan las palabras con las que cierra el libro el autor, citando a un dirigente vasco, se ha convertido en un símbolo universal de la paz y de la libertad que ahora hereda toda la humanidad.

Jorge Riet