Fermina Márquez

Opinión:

La llegada de dos muchachas a un internado masculino en París supone el acontecimiento del año para los adolescentes que viven allí. Ellas, Pilar y Fermina Márquez, acuden cada tarde para hacer compañía a su hermano, recién incorporado a la vida del internado. Lo que no se imaginan es que su presencia alterará la tranquila vida de chicos como el bruto Demoisel, el atento Santos Iturria o, el más sagaz de todos, Joanny Léniot. Precisamente este último cobra una importancia casi central en la novela, pues gran parte de "Fermina Márquez" narra el intento de seducción de Léniot a Fermina Márquez, acto que se le ocurre para medir sus capacidades en la vida y plantearse nuevos retos.

Como señala Miguel Ángel Vega Cernuda en la completa e interesante introducción que precede a la novela, Valery Larbaud concibe al personaje de Joanny Léniot como una especie de Fausto juvenil, caracterizado por una desesperación inusitada que lo lleva a vivir y anhelar la posesión. Así pues, en la ecuación le correspondería a Fermina Márquez el papel de la Gretchen de Goethe, si bien en ella se presentan ciertas variables: Fermina no dudará en dar rienda suelta a la pasión cuando llegue a su vida la posibilidad de acercarse a Santos Iturria.

Uno de los aspectos más curiosos de la novela es su tratamiento de los personajes hispanos (pese a tratarse de una obra claramente francesa). Con ello, Valery Larbaud pretende acercarse a una postura simpatizante con España y con los países latinoamericanos, en detrimento de las posturas hispanófobas que habían manifestado tradicionalmente los escritores franceses y alemanes. De hecho, el conocimiento que muestra Léniot de la literatura española (el Siglo de Oro) y de su cultura ayuda a caracterizar a este personaje tan singular.

Pese a su sencillez estructural y narrativa, "Fermina Márquez" es una lectura muy recomendable, sobre todo porque pone de manifiesto el mundo psicológico de los adolescentes, con las mismas preocupaciones y conductas que vemos hoy en día. Valery Larbaud concibió "Fermina Márquez" como una novela de formación ambientada en un internado, y precisamente ese es su punto fuerte: se trata de una novela de aprendizaje, tanto para el protagonista como para el lector.

Darío Luque