Francisco, el papa manso

Opinión:

Aunque en el libro, compuesto por once capítulos, esa división no existe, esta obra consta de dos partes bien diferenciadas: La biografía de Francisco y el recopilatorio de homilías y escritos comentados por los autores.

Si algo no puede ponerse en duda, es que la personalidad de Francisco I no pasa desapercibida, se sea creyente o no. Quizá por ese motivo me llamó la atención el adjetivo "manso" que forma parte del título del ensayo… Eso lo aclaran los escritores al explicar que Jorge Bergoglio ha luchado toda su vida a favor de los más necesitados y contra las injusticias, pero sin violencia, apostando por el diálogo y la fe aunque sin imposiciones.

La primera parte de la obra es interesante. Vemos cómo evoluciona el protagonista y se va forjando su carácter, cómo su apoyo a los más débiles y sus lecturas marxistas, aunque no era comunista, le ponen en el punto de mira de un gobierno dictatorial que no dudó en matar o hacer desaparecer a miles de personas que le parecían molestas, pertenecientes a todos los ámbitos, incluida la Iglesia… (También es cierto que otras fuentes, ajenas a este libro, mencionan actitudes diferentes y hasta contradictorias).

La tortura y muerte de una profesora amiga de Jorge Bergoglio, tirada viva desde un avión; la desaparición de algunos curas y seminaristas marcados como "rojos", el asesinato de monseñor Angelelli y la total impunidad con que durante la dictadura de Videla se persiguió a muchas personas, culpables solo de no ser adictas al régimen, marcaron, sin duda, el carácter de un hombre que, supuestamente, ya desde su infancia sentía empatía por los demás y al que le gustaba, según se explica, mezclarse entre la gente.

Esa parte de la obra que va mostrando la biografía de Francisco en el entorno histórico que le tocó vivir está muy documentada, y hasta es relativamente objetiva porque se menciona, aunque de pasada, el rechazo de una parte de la Iglesia a la barbarie (no olvidemos, no obstante, que algunos curas bendecían a los muertos y torturados, mostrando una connivencia con un gobierno que practicó un auténtico terrorismo de estado (por citar palabras de los autores)).

Esa objetividad (entre comillas) y hasta relativa, es algo a tener en cuenta, dado que los autores son un matrimonio católico, muy seguidor de Cristo y bastante integrado en la Iglesia.

Sí diría, no obstante, que más allá del contenido, el texto resulta algo denso en algunos puntos, especialmente por la gran cantidad de datos poco relevantes, como situar a personas, casas, iglesias, colegios… en un barrio concreto y una calle determinada incluyendo el número o el piso. Es una información que está ahí, y no le resto su valor, pero de no conocerse la ciudad ni el entorno no resulta apreciable y, en cambio, ralentiza mucho la lectura.

La parte del libro que muestra y comenta artículos y homilías de Francisco, sí está escrita desde la influencia cristiana y la fe de los autores. Esas páginas resultarán de gran interés para los que compartan esa creencia pero resultan muy adoctrinadoras y, por tanto, nada objetivas para los demás.

Lo que sí se desprende de este ensayo es que el papa Francisco rompe algunos moldes y su postura, de cara a los medios, tiende a acercarse a la doctrina que la Iglesia predica pero que la curia incumple y ha incumplido durante siglos. Dado el poder que esa institución ostenta y los millones de seguidores que tiene, no estaría mal que el Vaticano cambiara de orientación y se preocupara por la justicia en lugar de atrincherarse en el lujo y el poder… Quizá la valentía que mostró Jorge Bergoglio, supuestamente, al exponer su vida ocultando a gente perseguida durante el terrorismo de estado que sembró Argentina de muertos y desaparecidos, pueda demostrarla también ahora que es el papa Francisco I. ¿Tal vez la I. C. dejará de apropiarse en España de todos los inmuebles habidos y por haber? ¿Se molestará en pagar el IBI? ¿Contribuirá a obras sociales? ¿De los once mil millones que recauda, sólo en España, destinará a Cáritas algo más de los dos que ofrece en plan limosna? Habrá que esperar y ver qué ocurre.

Pilar López Bernués