El río de la conciencia

Opinión:

Es una auténtica delicia leer a Oliver Sacks.

Su último libro escrito antes de morir fue "El río de la conciencia", un conjunto de ensayos donde aborda la evolución, la botánica, la química, la medicina, la neurociencia y las artes, y evoca a sus grandes héroes científicos, como Darwin, Freud o William James.

Comienza con Darwin y su fascinación por la botánica. Nos muestra las numerosas observaciones sobre el comportamiento de las plantas y su adaptación al entorno, que realizó a lo largo de su vida. No tuvo tanta relevancia como su obra "El origen de las especies", pero su trabajo botánico proporcionó una evidencia más sólida de la evolución y la selección natural.

Continúa con un ensayo sobre la velocidad y la forma en la que el tiempo es percibido y experimentado, para pasar a otro ensayo de Darwin, sobre el estudio de la lombriz de tierra; donde reflexiona sobre "la mente" de estos animales.

Más tarde, nos hablará de Freud como neurólogo y anatomista. Conoceremos sus investigaciones sobre la afasia, las parafrasias y parapraxis y su posterior estudio de la histeria. Sin duda, es uno de los ensayos más interesantes, donde veremos otra faceta de Freud alejada del psicoanálisis.

También hay lugar para el estudio de la memoria y su fiabilidad, y sobre el conocido fenómeno de la criptomnesia, o plagio inconsciente de ideas: la persona tiene la sensación de haber tenido una idea nueva y original fruto de su propia creatividad e inspiración, pero en realidad el origen de esa idea es un recuerdo latente en su memoria por haberla escuchado o leído en alguna parte. Es un fenómeno muy común.

El ensayo titulado Trasoír, es el más breve de todos, pero muy interesante. Nos habla sobre las palabras mal escuchadas, fenómeno que el mismo Sacks padeció a medida que aumentaba su sordera. Sin duda, es el más divertido.

Nos habla también de la creatividad, de la negligencia y olvido en la ciencia, y de la sensación de malestar general de nuestro cuerpo, cuando algo no funciona correctamente. Expone su propio ejemplo cuando le diagnosticaron un melanoma y se sometió a una intervención para reducir la metástasis que sufría en el hígado. Nos cuenta cómo su cuerpo recobra el equilibro tras todo el proceso, y los sentimientos y sensaciones que le genera.

Y, por último, el ensayo que pone nombre al libro -uno de los más complejos e interesantes-, donde reflexiona sobre las bases neuronales de la conciencia.

Todo ello narrado con el estilo que caracteriza a Sacks, cercano, didáctico, atractivo y ameno.

Es una lástima que ya no podamos disfrutar de material nuevo, pero siempre podemos volver a leer sus grandes obras.

En definitiva, "El río de la conciencia" es una lectura brillante y sorprendente que no te puedes perder. Oliver Sacks es una apuesta segura.

Mónica CZ