El pequeño libro de los baños de bosque

Opinión:

Hace ya años que nos hemos convertido en urbanitas: más de la mitad de la población vive en una ciudad o en un entorno urbano. Y, como consecuencia, nos hemos visto abducidos por el ritmo acelerado y caótico que predomina en las ciudades: trabajos interminables, prisas, presiones ajenas, nervios, inseguridad. Andamos por la calle respirando las emisiones tóxicas que sueltan los coches -ya no somos ajenos a esas nubes de contaminación que empiezan a formarse en numerosas capitales europeas-, pero muchos parecen no darse cuenta de la nocividad que suponen esas poluciones para nuestros pulmones.

Desde hace ya más de cuarenta años, en Japón se encontró una solución ante la vida desenfrenada del ser urbano: los baños de bosque. El shinrin-yoku -así lo llaman ellos- es reconocido como terapia y aconsejado por médicos, pues la ciencia no ignora los beneficios fisiológicos y psicológicos que implica respirar el aire puro del bosque. En "El pequeño libro de los baños de bosque", Bettina Lemke explica que esto se debe a unas sustancias fitoncidas producidas por las plantas para defenderse de depredadores. La misma Lemke, apoyándose en estudios de distintos científicos, cuenta en su libro cómo ese cóctel aromático ayuda al cuerpo a producir proteínas anticancerígenas y otras sustancias beneficiosas para el organismo.

Pero "El pequeño libro de los baños de bosque" no ofrece solo una explicación teórica sobre el shinrin-yoku. Además, incluye planes prácticos y ejercicios con los que facilitar la conexión del cuerpo y de la mente con la naturaleza. Para ello, Bettina Lemke sugiere la práctica de yoga y mindfulness en pleno bosque. También presenta una interesantísima guía de árboles con la que nos abre el acceso a las propiedades del roble, el arce, el pino, el tilo o el aliso rojo, entre otros.

No me cabe duda de que "El pequeño libro de los baños de bosque" será una herramienta valiosísima para familias que quieran desconectar en la naturaleza, e incluso también para personar que, en soledad, busquen un refugio físico y mental ante el ritmo de la vida.

Darío Luque