El pantano de las mariposas

Opinión:

Cuando leí "Benjamin" de Federico Axat no dejé de recomendarlo: su prosa, el manejo del suspense, los personajes, la trama… todo estaba perfectamente medido. Era increíble que aquella fuera la primera novela que le publicaban porque era prácticamente perfecta. No se alaba así a alguien si no crees en él porque tu reputación queda dañada si estás mintiendo. Tan claro tenía que Axat era un grande dentro de los noveles que incluí su novela entre mis favoritas y aposté por él. Pero aquella primera novela tenía mucho de suspense, de hecho se sustentaba toda ella sobre el "qué pasará" (Benjamin era un niño pequeño escondido en un desván que observaba en secreto a su familia, y para ésta, él era un niño desparecido). "El pantano de las mariposas", en cambio, tiene la intriga de la desaparición de la madre de Sam como un pequeño leit motiv que mueve, entre otras cosas, la aventura de Sam, Billy y Miranda, pero ni es la única ni es la principal. Y lo mismo sucede con los ovnis. Si alguien cree que leerá una novela sobre ovnis y abduciones que lo olvide, porque esta es la parte "mágica" y más extraña que rodea la historia pero no la principal.

El pantano de las mariposas que da nombre a la novela es una imagen de cine. Un lugar al que llevarán a Miranda, pero tampoco será la trama principal, sólo la excusa para mantener el misterio pues allí, cuentan, hay desapariciones. Y hasta ahí todo el misterio "extraño".

No contento con ello nos incluye a otro personaje, Orson, otro de los niños de acogida que viven en la granja, algo más mayor y sobre todo más malvado. Y en torno a él, una nueva intriga que se desvelará cuando llevemos una gran parte de la novela. Con Orson vivirán la parte más desagradable de su verano, motivo que les unirá aún más.

Pero para Sam hay tres misterios más extraños: uno es la desaparición de su madre tras el accidente de coche, el otro es lo que siente por Miranda, y el tercero, la relación que puede haber entre el señor Matheson y la ya nombrada desaparición de su propia madre. Y en esas tres intrigas nos mantiene la narración que versa, en realidad, sobre primeros amores, una amistad que se fortalecerá tanto que cuando pase el tiempo volverá a ser tan grande como lo fue al inicio, y el aprendizaje de tres críos sobre la vida, la suya propia y la de los demás.

En esta novela -que han comparado con el estilo de "Matar a un ruiseñor" o "Tom Sawyer"- veremos dos partes muy diferenciadas contadas en la vida adulta de Sam. Primero la adolescencia y la historia en la que se sustenta, y después la que viven de adultos. Como toda buena novela siempre queremos saber "y qué pasó después con ellos", y Axat no se ha olvidado de contárnoslo. Curiosamente no parece un pegote, si no el colofón final de una bella e intrigante historia que se quedará en nuestras retinas y en nuestra mente y recordaremos, con el tiempo, con mucho cariño.

Pero, queridos, cuando creáis que lo habéis leído todo, que ya lo sabéis todo sobre "El pantano de las mariposas" y sus personajes, cuando ya estéis acabando el libro y penséis que ha sido bonito leer esta historia, una simple palabra os hará fruncir el ceño, y un nombre muy concreto os abrirá los ojos como platos y volveréis al inicio, porque da un giro tan sorprendente como maravilloso. Cuando finalicé la novela no pude evitar volver al inicio y hojear el libro parándome en algunas páginas y releerlas. Y evoqué lo leído, sobre todo algunas escenas que se me habían quedado grabadas en la memoria - como la agresión de Orson a Sam en el bosque o el tiempo que Sam pasa en la cabaña del árbol con Miranda-. Releí ese final varias veces y la sensación fue brutal. Maravilloso. No sólo está bien escrita y se clava en tu memoria llevándose un trocito de tu corazón, además te sorprende de tal forma que tendrás la tentación de releerlo porque sabes que leerás otra novela. Y eso es fascinante.

Normalmente las portadas pueden decirte mucho o nada, gustarte o desagradarte, considerarlas acertadas o impostadas. Cuando terminé el libro volvía mirar esa carita, la sonrisa, los enormes ojos claros con los que había identificado a Sam todo el tiempo y sonreí. Wow. Fantástico. Qué golpe de efecto. Era la portada perfecta.

Sí, aquel que no haya leído la novela no entenderá nada, pero quien sí la haya leído, sabrá perfectamente por qué la elección de ese rostro es tan ideal.

Gracias, Federico Axat, por "El pantano de las mariposas". Y enhorabuena a la editorial Destino por apostar por él. Y si tú, lector, alguna vez has tenido alguna duda, o lo has visto varias veces y no te has atrevido a cogerlo, anímate. No hace falta ni que le eches una ojeada, cree en mí. No es para un público cerrado ni concreto, es para un público muy abierto, y será raro que no te fascine la novela cuando la hayas terminado.

Anika Lillo