el origen del mal
Título: el origen del mal
Título Original: (miserere, 2008)
Autor: Jean-Christophe Grangé
Editorial:
Grijalbo
Copyright:
© Éditions Albin Michel, 2008
© Random House Mondadori, S.A., 2011
Traducción de Pedro Agná, 2011
1ª Edición, Junio 2011
Etiquetas: franceses género negro dictadura totalitarismo Francia literatura francesa secta thriller
Argumento:
El cadáver del director de un coro infantil ha aparecido en
extrañas circunstancias, sin que se pueda determinar el motivo
exacto de su muerte. A su lado hay una huella de un pie
pequeño.
Lionel Kasdan, policía retirado y miembro de la iglesia donde ha
aparecido el muerto, decide investigar por su cuenta, con la ayuda
de un joven detective de origen ruso con graves problemas con la
heroína.
Opinión:
Jean-Christophe Grangé es uno de esos autores que
logran desconcertarnos y angustiarnos con sus historias,
perfectamente ensambladas y desarrolladas. Su inmersión en la
maldad humana es escalofriante, como ya demostró en
Esclavos de la
oscuridad (2009).
En esta ocasión nos presenta una trama turbia y compleja, que se
inicia con el asesinato del director de un coro de niños, un
supuesto pedófilo y homosexual. Pero la historia se va complicando
por momentos, con la aparición de pistas que no parecen tener
ningún significado y que van a llevar a los detectives a investigar
la historia de Chile, el nazismo y las sectas religiosas, casi
nada.
Los dos policías protagonistas son fascinantes: un armenio
retirado y un joven de origen ruso adicto a la heroína. La elección
de ambos pone de manifiesto una Francia multirracial y
multicultural, y el origen de otros personajes va a hacer hincapié
en esa diversidad. Ninguno de ellos está asignado al caso, pero
terminan trabajando juntos y complementándose de tal modo que
logran desentrañar el enrevesado misterio.
Lo único que no termina de cuadrar es que, cuando se inicia el
caso, el joven ruso lleva dos días en una clínica de
rehabilitación, desintoxicándose de su adicción a la heroína, y
abandona el lugar para llevar a cabo la investigación, con una
claridad mental y una concentración que, tras dos días sufriendo el
síndrome de abstinencia, no resultan muy creíbles. Sólo su férrea
voluntad lo mantiene alejado de las drogas, porque no toma ninguna
medicación, y no sé yo hasta qué punto eso podría ser
posible.
De todos modos, la trama resulta tan absorbente y tan delirante
que ese hecho termina diluyéndose, engullido por otros mucho más
suculentos, como la historia de Chile durante la dictadura de
Pinochet y las torturas llevadas a cabo con los presos políticos,
actos que van a cobrar una relevancia especial en el desarrollo del
argumento.
Esta novela nos sumerge en una historia de pesadilla, con giros
inesperados y detalles macabros que nos atrapará hasta el
final.
Pilar Alonso Márquez
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