El espía del rey

Opinión:

Si algo tienen las novelas de ficción histórica es que no dejan de sorprendernos con tramas que unen a la realidad aventuras llenas de intriga. Como es el caso de este trepidante thriller que, basado en hechos reales, plantea las conspiraciones de Bárbara de Braganza en beneficio de Portugal, los supuestos beneficios o sobornos que recibió de Inglaterra y un misterio en torno a los papeles que custodian las herederas de un espía del rey. La acertada introducción de unas cartas cifradas consigue que definitivamente el lector se meta de lleno en el relato y viva en primera persona cuanto acontece.

En aquel Madrid de mediados del siglo XVIII eran frecuentes las tertulias apadrinadas por la burguesía y la aristocracia en las llamadas casas de alcurnia. En ellas se daban cita personajes influyentes, catedráticos, militares, librepensadores y miembros del clero; un enjambre del que salían las más airadas discusiones o se ponía a caer de un burro a célebres literatos o a secretarios indeseables bajo el reinado de Fernando VI y la portuguesa Bárbara de Braganza. Conversaciones de Ciencia competían con los cambios en la fiesta de los toros o con los chismes de una ciudad que siempre tuvo mucha actividad, sobre todo en los mentideros, lugares también frecuentados por los personajes de la trama en busca de contrastar la información de las tertulias.

En una de aquellas tardes se conocen el capitán de navío Jorge Juan y Claudia Osorio, los protagonistas principales de esta novela y sobre los que se teje una trama de asesinatos y un interesante episodio de espionaje en Inglaterra que tendría sus consecuencias para España en los siglos venideros afianzando su construcción naval; que si bien nunca habíamos abandonado vivió mejores épocas con grandes y competitivos astilleros. El intento de secuestro de Claudia nos lleva a un paseo por las calles de Madrid donde asistiremos a persecuciones, duelos y algunos asesinatos que todos prefieren encubrir.

La Iglesia, contraria a las conclusiones de Jorge Juan cercanas a las teorías de Copérnico, emprende una serie de acciones para desprestigiarle apoyada por los ingleses, que a su vez son sospechosos del asesinato del padre de Claudia, espía al servicio del ministro de la Armada Somodevilla. Se constata el debilitamiento del poder que había ejercido la Iglesia y como ahora son ellos los perseguidos por un Santo Oficio que estaba viviendo sus últimas décadas.

El relato nos lleva por dos ciudades muy diferentes entre sí: la moderna Londres, donde se disfrutaba de los avances de la época y de una gran actividad cultural; y la sucia y peligrosa Madrid, donde los delincuentes acechaban aprovechando las calles oscuras y la cultura era perseguida y menospreciada. En estos dos espacios transcurren las dos aventuras que nos plantea el autor y que tienen puntos en común, cuestión que hace que cambiemos de episodio buscando datos que nos puedan dar pistas acerca del otro.

El marqués de la Ensenada, Zenón de Somodevilla, secretario del rey de Guerra y Marina, es quien realiza el encargo a Jorge Juan: visitar Londres infiltrado y conseguir cuanta información pueda con el fin de llevar a cabo el sueño de potenciar la Armada Española ante la amenaza europea y para la defensa de nuestros intereses en los territorios del Amazonas, Orinoco y río de la Plata. Una historia de espionaje que tendrá sus repercusiones en las complicadas relaciones con Inglaterra, Francia y Portugal, y las influencias que había en España de los movimientos franceses de la Ilustración y que estaban en contra de la monarquía.

Una novela que atrapa por dos tramas que convergen. Un relato de intriga por las calles de Madrid que nos acerca al mapa de una ciudad en constante crecimiento a través de muchos emplazamientos que ya no existen y de otros que continúan siendo testigos de nuestra historia. La excelente narración y el atractivo de sus personajes hacen el resto.

Porlomenix