El día que se perdió el amor

Opinión:

Segunda parte de la bilogía que comenzó con "El día que se perdió la cordura" cerrando así todos los frentes abiertos.

Siendo totalmente franca e intentando que aun así no se sienta como una opinión irrespetuosa he de decir que es de lectura fácil pero más carente de coherencia que la anterior. De este libro esperaba algo más, quizá que fuera más fiel a su título o que al ser el segundo libro que publicaba hubiera mejorado la calidad literaria, pero no ha sido así. No ha cumplido mis expectativas. Por suerte para mí -y eso ahora lo agradezco- empecé por su tercer libro escrito ("Todo lo que sucedió con Miranda Huff") y ése sí me gustó y me animó a leer los siguientes.

La novela está llena de escenas increíbles como -por poner un solo ejemplo y que el autor, en caso de leer la reseña me entienda- comentaré uno solo pero muy sencillo- cuando Steven está en el hospital con Jacob y los policías están en otro sitio dejándolo solo, un tipo que debe llevar vigilancia porque es un preso peligrosísimo. Y no un minuto, viendo todo lo que sucede el tiempo es amplio y él puede hacer lo que le plazca mientras tanto. Creo que ha fallado la supervisión editorial en este sentido porque esta es solo una de las escenas que comento. Bueno, una más ¿disparos dentro de un hospital? Que lo haga un psicópata vale, pero un policía no es creíble a menos que esté intentando frenar a un asesino, y no es el caso tampoco. Es más, aun así, un policía no dispararía dentro de un hospital a alguien a menos que se asegurara de que nadie más podría salir herido y aquí justamente son un montón de personas a las que quieren mantener a raya. Ni al techo, vaya.

Por otro lado, he de admitir que yo no soporto las novelas ñoñas y románticas, que o no me importa que haya un romance dentro de una historia pero es esencial que no se trate de la trama principal, eso es importante para mí. Titulándose "El día que se perdió el amor" esperaba justo lo contrario al romanticismo dulzón y empalagoso de esta novela. No sé si a los adultos a los que les gusta el romance les agrada este tipo de literatura edulcorada pero por la prosa y las situaciones poco curradas lo veía más como literatura juvenil sin pretensiones (también digo que para lectores poco habituados a leer, los que leen mucho y tienen el criterio literario muy formado estas cosas tampoco las aceptan), y en la literatura para jóvenes no encaja tampoco demasiado tanta mutilación. En fin, es obvio que no me ha gustado aun reconociendo la ligereza de la lectura

Lo mejor, para mí, el momento psiquiátrico con la madre de Amanda y sus pulseras, y el recorrido que hace Jacob con una de las pacientes.

Al final ha resultado en su conjunto una novela muy juvenil con un final emocionante, emotivo.

He leído esta después de las siguientes y puedo decir por ello que Javier Castillo mejoró después su trabajo.

Anika Lillo