El día que el cielo se caiga

Opinión:

A estas alturas decir quién es, o mejor presentar, a Megan Maxwell es un poco innecesario ya que es una autora de sobra conocida sobre todo dentro de la novela romántica. Ella es la escritora de literatura romántica que más vende en nuestro país, tiene una auténtica legión de seguidoras que esperan ansiosas sus nuevos trabajos. La verdad es que Megan Maxwell no sólo vende mucho sino que también escribe mucho, es casi normal que en un mismo año aparezcan publicadas varias novelas suyas. Sin dejar a un lado el género romántico, ella escribe tanto novela romántica como tal como se adentra en el género erótico terreno en el que se le ha calificado como la E. J. James española, algo con lo que no estoy de acuerdo puesto que creo que ella es mejor escritora y sus historias tienen algo más que sexo y sexo.

De Megan Maxwell me gusta su versatilidad, es una autora que desarrolla varios temas en sus novelas. Así tenemos las más eróticas, las más chick-lit y otras que se iniciaron el año pasado con su "Hola, ¿te acuerdas de mí?", una novela muy íntima, preciosa. Pues bien, este año ha regresado con otra novela que sigue la estela de ésta última: "El día que el cielo se caiga", una novela que nos muestra a la mejor Megan Maxwell o al menos esa es la impresión que me da a mí. En esta nueva novela vemos también ese toque tan intimista que ya nos ofreció en "Hola, ¿te acuerdas de mí?"; en ambas trata historias que tienen mucho que ver con ella, lo cual permite al lector ver, y también notar, que tiene los sentimientos a flor de piel, que las palabras que leemos en ella no son meros sujetos y predicados sino que, cada una de ellas, encierra algo muy importante para Megan Maxwell y que desea compartirlo con el lector.

En "El día que el cielo se caiga" más que amor físico o romántico, hay un amor más profundo. Es un poco difícil de expresar con palabras pero cuando se lee la novela se entiende. En esta novela el sexo o las escenas más picantes pasan a un plano secundario.

Aunque el tema que trata es duro, muy duro, no es una tragedia. Más bien es una crítica social sobre todo de cara a la época en la que transcurre la acción de la novela: los años 80 y parte de los 90. En estos momentos, la sociedad (especialmente la española) aún no estaba preparada para aceptar algunas cosas y cambios que estaban ocurriendo. Uno de ellos era el SIDA.  Por aquel entonces, el SIDA era visto como una especie de castigo divino. En este sentido hay que entender, aunque no compartir, la reacción de uno de los personajes. Una reacción durísima cuando se entera. La verdad es que me está resultando un poco difícil hacer la reseña porque no quiero desvelar muchas cosas. Sólo diré que más que el romanticismo, en esta novela el tema principal es el SIDA.

Toda buena historia se apoya, también, en unos buenos personajes. En esta novela quiero destacar la figura de Nacho. A mí me ha parecido que es el personaje favorito de la autora. La forma de tratarlo es muy especial. Nacho es un personaje con un carácter único. Admirable la forma en la que se enfrenta a todo. Me ha parecido muy tierno. Un ser muy especial. A su lado está Alba, ella es la protagonista, tiene carisma pero, éste, queda un poco eclipsado por la personalidad de Nacho.

En líneas generales, todos los personajes son creíbles. Los hay buenos y los hay odiosos, entre ellos Julia, la cuñada de Nacho. Es de esos personajes que te entran ganas de eliminar por lo bordes que son. He leído ya bastantes novelas de Megan Maxwell y he notado su evolución en los personajes. Me ha parecido que los que aparecen en esta novela tienen más garra, son más viscerales.

"El día que el cielo se caiga" es una novela bella. Personalmente, me gusta más la Megan Maxwell de estas novelas que la de "Sorpréndeme". Creo que en la primera encontramos a una Megan Maxwell más cercana e íntima, que establece una conexión similar con el lector. Junto con "Hola, ¿te acuerdas de mí?" es de lo mejorcito que ha escrito. Una novela que recomiendo así como la BSO que la acompaña, llena de clasicazos de los 80.

Ysabel M.