El crimen de los Galindos

Opinión:

Más de cuarenta y cuatro años después, Juan Mateo Fernández de Córdova, autor del libro e hijo de los dueños de la finca donde ocurrió la matanza, escribe esta obra dando su versión de los hechos de manera imparcial, a pesar de que su familia era en esos momentos propietaria del cortijo. Su objetivo según cuenta no es otro que el de ayudar a esclarecer la verdad.

Para ser un suceso real empieza narrando la historia con un fondo sobrenatural, como si fuera a relatarnos un cuento de fantasmas. Dice que un murmullo de personas terriblemente asesinadas (capataz, su esposa, un tractorista, su mujer embarazada y un peón) desde el otro lado del velo le claman para que cuente la verdad. Pero no estamos ante una novela de ficción, este terror es muy real, así que encuentro este comienzo un poco absurdo, aunque perfecto para enganchar al lector. 

¿Qué verdad desea contar y por qué ahora? 

Empiezo. 

El crimen de los Galindos  fue un caso complicado con una investigación pobre acompañada de una decepción judicial. Se desvanecieron en la nada informes periciales y policiales, incluso fotos de la exhumación. Hace un par de años desapareció el expediente. 

Juan Mateo, con este libro, abre una nueva tesis que, según los conocedores del tema, tiene su lógica. Cuenta asuntos que bien pudieron tener que ver con lo que allí pasó, descubriendo detalles de hechos que hasta ahora no tenían explicación. Todo esto (siempre según la versión del autor) toma fuerza en el año 1995, después de fallecer el padre. Será su madre quién le relate un recuerdo de entonces cuando ella dice que limpió una mancha de sangre en la cocina. Siguiendo ese rastro de sangre indaga hasta llegar a lo que Fernández De Córdova sospecha pudo ser el móvil de los crímenes. 

La historia que cuenta es una versión suya general de lo que supuestamente aconteció, aunque ese conjunto tiene novedades, algunos sucesos no parecen coincidir con los ya contados por otros investigadores. Él señala personas muy cercanas de su entorno, pero cargando contra un supuesto sicario estos asesinatos, cuya identidad oculta bajo un seudónimo. 

Dicen los entendidos que los peores crímenes ocurren por sexo o dinero, aquí se comenta de una cooperativa y una caja rural. Nuestro escritor se queja de que la investigación fue insuficiente. Las páginas de la investigación no hacen más que agrandar el misterio. 

Aprovecha el libro para opinar de las varias hipótesis que en su momento se escribieron en: reportajes, libros, películas o periodistas de "El Caso". Ahora nos regresa a ese día para que sepamos su reflexión del por qué murieron cada uno de ellos. Pero lo más interesante es saber a la conclusión que llegó sobre ese supuesto sicario y quien ayudó a encubrir esas muertes. 

No muy bien narrado, varias veces repite hechos que contó antes, lo compensa describiéndolo todo con mucha intensidad. Su familia, las personas más importantes, teorías, el móvil y más asuntos resumidos en capítulos cortos siendo varios de ellos acompañados con imágenes en blanco y negro del cortijo, el cobertizo, el trayecto de uno de los asesinados o el cementerio de Paradas. 

Dice haber abierto este caso con una nueva visión. Las discrepancias y las coincidencias extrañas se combinan para crear nuevas especulaciones y verificar los hallazgos anteriores. Cuatro décadas han sido una envoltura de tiempo sobre estos eventos. Ahora la tela se retira nuevamente para permitirnos una nueva mirada sobre este horrible crimen. 

Del libro se deducen nuevas pistas para averiguar lo que sucedió aunque ya sea algo para aficionados al misterio, pues no queda ninguna evidencia y ha prescrito, además si fuera cierto lo del Marqués, ya murió, así que de nada sirve.

Si existió ese sicario o es un invento más es algo que tal vez nunca se sepa. La historia es interesante por quién es el autor. Creerse lo que cuenta es cosa de cada uno.

Violeta Lila