el corazón del océano

Opinión:

En abril de 1550 tres buques partían de Sevilla al Nuevo Mundo con una preciada carga en sus bodegas: ochenta jóvenes de buenas familias castellanas que cruzaban el mar para contraer matrimonio con los conquistadores. La necesidad de repoblar una zona en continuo conflicto con los portugueses y el amancebamiento de los españoles con las indias fueron las razones que condujeron a un viaje que, por aquella época, estaba plagado de peligros. Tanto es así que sólo la mitad consiguió llegar a su destino.
 
Sirviéndose de dos personajes principales, un grumete y una de aquellas muchachas, la autora teje una trama en la que realidad y ficción se mezclan para narrar un episodio poco conocido de nuestra historia, con un estilo sencillo y un ritmo ágil.
 
Tal vez lo más destacado de la novela sean los numerosos detalles históricos que la adornan, centrados sobre todo en los detalles, en las cosas cotidianas. Ya sea en Salamanca, en Sevilla o en el Nuevo Mundo, es evidente que la autora se ha tomado la molestia de estudiar costumbres, hábitos y curiosidades que va introduciendo a lo largo de la trama y que llaman la atención del lector: remedios para la depilación de las piernas, licencias que debían obtener los pobres para pedir limosna, el motivo por el que los marineros llevaban el pelo largo… son sólo algunos de los muchos ejemplos que aparecen en este libro.
 
La historia es apasionante y el lector no puede dejar de sentir lástima por aquellas muchachas, hijas de hidalgos con escasos recursos, que se veían obligadas a abandonar familia y tierra para embarcarse en una aventura de final incierto. En muchos casos esas jóvenes aún no habían cumplido los doce años, la edad “oficial” para contraer matrimonio, y en el transcurso de un viaje que se alargó durante seis años padecieron hambre, enfermedades, ataques de los indios, temperaturas infernales, picaduras de insectos y todo un sinfín de desgracias que fueron mermando su número y su ánimo.
 
De entre la galería de personajes que aparecen en la novela, destaca sobre todos ellos Doña Mencía, la mujer del Adelantazgo que, pese a haberse quedado viuda mientras preparaban el viaje, se puso al frente de la expedición y mantuvo la serenidad y la templanza en los momentos más delicados. De costumbres rígidas y consciente de sus obligaciones, su determinación no flaqueó ni ante los mayores reveses y logró cumplir con el objetivo que le había impuesto el Consejo de Indias.
 
Tras una larga trayectoria de novelas dedicadas al público infantil y juvenil, ésta es la primera obra para adultos de Elvira Menéndez. Es notable la influencia de su trabajo anterior en la abundancia de diálogos, en la elección y evolución de los protagonistas, o en el tono ligero de la novela y tal vez por ello este libro, pese a haber sido pensado para un público adulto, también tendría aceptación entre los más jóvenes. Sea como sea, no hay duda de que se disfruta de principio a fin.
 
Pilar Alonso Márquez