Anika entre libros

El club de los filósofos asesinos

Ficha realizada por: Gemma Nieto
El club de los filósofos asesinos

Título: El club de los filósofos asesinos
Título Original: (El club de los filósofos asesinos, 2012)
Autor: Julio Murillo
Editorial: Martínez Roca


Copyright:

© Julio Murillo, 2012

© Ediciones Planeta Madrid S.A., 2012

Edición: 1ª Edición, Mayo 2012
ISBN: 9788427032927
Etiquetas: filosofía literatura española novela thriller thriller psicológico
Nº de páginas: 382

Argumento:

Henry Gaumont, un exitoso director creativo felizmente casado, va a comprobar de una forma muy dura cómo las cosas pueden cambiar de un día para otro.

Su merecido trabajo, que le confiere una importante posición social, desaparece por una jugada muy sucia de su jefe; y su esposa, que podría ser un apoyo, decide abandonarle dejándole sin nada.

Gaumont jura venganza y revive una y otra vez en su mente cómo los matará. Lo que no puede imaginarse es que a veces los deseos se hacen realidad.

 

Opinión:

 

"El club de los filósofos asesinos", haciendo honor a su título, comienza con una reflexión filosófica que todos nos hemos hecho en un momento u otro de nuestras vidas. Pero que no se me asuste el lector, que aunque el libro va de "filosofías", lo realmente importante es la acción, imparable y la tensión que se crea entre sus personajes... y dentro de ellos. Con esta obra asistimos a una "rara avis" que combina con maestría el thriller psicológico con el policíaco, redondeado, además, con una buena dosis de cultura.

No me cabe ninguna duda de que este último libro de Julio Murillo es su mejor obra, con mucha diferencia respecto a la anterior. Se le aprecia un estilo mucho más pulido y una complicación en la trama que ya querrían los mejores narradores. Julio se ha superado con creces, con un lenguaje concreto y depurado y un principio que atrapa desde sus primeras frases.

La obra cuenta con una magnífica documentación, tanto en historia del arte como en filosofía. Y se nota que el lector se siente a gusto al integrar esa información en pequeñas dosis a lo largo de toda la obra.

El argumento no tiene fisuras. Comienza desplegando el tablero del juego para complicarle las cosas al protagonista y luego ir cerrando temas a medida que la historia se acerca a su fin. No ha dejado ningún cabo suelto y el final, siendo predecible, también resulta sorpresivo, con lo que el lector quedará satisfecho.

Me ha sorprendido, gratamente, la forma en que Julio Murillo describe a los personajes, algo atípica pero muy trabajada, como es el caso de uno de ellos (obviaré su nombre) que bebe en exceso. El autor dice de él: "Llevaba meses descubriendo botellas vacías a su paso."

Y esta forma tan profesional, y tan bien estudiada, de utilizar el lenguaje se amplía hasta encontrarnos con frases de la calidad de "el saber es un pájaro esquivo que no se posa en ninguna rama, incluidas las del saber" o "la certeza de que el mayor error estriba en creer que aún queda tiempo para cualquier cosa", y otras que elevan el tono de la narración y la embellecen haciendo, a un tiempo, que el lector se replantee algunas cuestiones que siempre ha dado por establecidas.

Pero lo mejor, lo que hace que esta novela destaque por encima del resto de las del autor es su duda existencial, el hecho de que el lector, aun sintiéndose identificado con el protagonista, se sentirá todavía más cercano a los postulados de los "malos". Y tendrá que decidir, como Henry Gaumont, de qué lado está.

Y es que el problema es qué hacer cuando la maldad crece en el mundo y se lleva todos los parabienes y la gente buena de verdad sufre las consecuencias. Parafraseando a Julio Murillo: "El ejercicio del mal tiene un coste ridículo en nuestra moderna y humana y muy democrática sociedad". Vamos, que los que delinquen, trafican, extorsionan,... se van siempre de "rositas".

Pero, ¿y nosotros?, ¿qué haríamos? ¿Seguiríamos la legalidad establecida, política y religiosamente, del "no matarás"?, ¿del "no delinquirás"?, ¿del "tratarás a los demás como quieres que te traten a ti"?... o, por el contrario, ¿intentaríamos crear una sociedad más perfecta, en donde los "malos" pierdan y los "buenos" ganen, con finales felices, como en las novelas?... ojo, para crear ese estado de cosas más "justas" hay que mancharse de sangre las manos.

Henry Gaumont, el protagonista de "El club de los filósofos asesinos" ya ha decidido y sabe de qué lado está. Querido lector, ¿de qué lado estás tú?

Gemma Nieto

 

 

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