El arte de matar

Opinión:

En "El arte de matar", Jonathan Santlofer acompaña de nuevo a la trama de su novela con sus habilidades pictóricas e incluye un buen puñado de dibujos que representan los bocetos que quedan como prueba de los planes del asesino en cada escenario donde comete sus fechorías.

También mantiene al personaje principal de sus novelas anteriores: Kate McKinnon, una historiadora del arte y ex-policía que aquí investiga de nuevo la relación que pueda haber entre los actos vandálicos sufridos por los cuadros.

El fuego destructor que aparece dentro de la historia podría tener algo que ver con el cambio de trayectoria vital del autor, cuyas pinturas fueron destruidas en el incendio en 1990 de una galería de Chicago donde estaba expuesta su obra y que constaba de los diez años anteriores.

Otro aspecto interesante es el que se obtiene al reunir dentro de la trama a pintores famosos que cultivaban el "expresionismo abstracto" y que formaban parte de la que se denominó como "Escuela de Nueva York" junto con otros pintores ficticios. No es que deje en buen lugar a ninguno de ellos, pero claro está que sin eso no habría una historia que contar.

El desarrollo de la novela es una constante persecución en pos de un asesino esquivo y que permanece oculto hasta el final, ya que aunque el lector caiga en la provocación de la sinopsis editorial incluida en la contraportada, es muy difícil que tenga a quién agarrar por más que lo intente, pues su identificación, junto con la información pertinente sobre sus motivos, no aparece hasta el final en una conversación que se hace demasiado larga, pero sin la cual no hay forma de enterarse de qué va toda esa historia.

Un recurso que a mí me ha parecido pobre como colofón a una novela que, hasta ese momento, resultaba intrigante y bastante retorcida. Esa es una opinión personal, por lo que supongo que para seguidores del autor y las personas aficionadas al género es muy posible que resulte una lectura muy interesante.

Selin