El arte de la ficción

Opinión:

"El arte de la ficción" es un libro muy interesante y atractivo para todos aquellos que amamos la literatura. Gracias a David Lodge podemos entender y comprender muchos aspectos que, tal vez cuando nos dedicamos solamente a leer, no tenemos en cuenta o se nos pasan por alto. Y es que escribir es algo más que garabatear una serie de palabras relacionadas para dar lugar a una historia. De ahí la pervivencia de algunos libros a lo largo del tiempo y la desaparación y el olvido de otros.

En su manera de escribir se nota que David Lodge no es sólo un especialista literario sino que sabe escribir y enseñar de una manera amena, de forma que consigue atraparnos sin que nos deamos cuenta con sus análisis.

Estos artículos que componen el libro fueron publicados anteriormente en el suplemento literario de "The Independent". Sabiendo esto de antemano ya nos da una idea de que no se tratará de escritos excesivamente largos, más bien son breves, a veces incluso demasiado, y concisos.

El libro se completa con un índice onomástico de los autores sobre los que habla el autor, mostrándonos la página o páginas en las que incluye alguna cita sobre ellos o alguna de sus obras.

Para sus explicaciones y análisis se la vale de obras de escritores ya consagrados, ya que al inicio de cada capítulo incorpora un fragmento de alguna de sus novelas más emblemáticas. La muestra de autores comprende desde los clásicos de la literatura inglesa hasta los autores más contemporáneos. Así nos encontramos con Charles Dickens, Jane Austen, Joseph Conrad, Nabokov, Paul Auster y Martin Amis, entre otros.

Son varios los temas que el autor nos intenta explicar sobre la creación literaria como los cambios temporales, el suspense, la estructura narrativa, la presentación de los personajes, la motivación, la duración, el comienzo y el final de la novela, entre otros muchos, ya que se trata de 50 artículos.

Lo mejor es precisamente que los escritos son breves y fáciles de entender, pero esto a su vez, en algunos casos, se convierte en un punto negativo ya que hay ocasiones en que parece que la explicación o el contenido es demasiado breve y lector demandará mucho más de lo que el autor nos ofrece. Es como si el autor nos intentase meter el gusanillo en el cuerpo para que nosotros busquemos después más información a posteriori.

Evidentemente, si alguno de los lectores de este magnífico compendio no se ha leído algunos de los libros que aparecen en él mencionados seguro que ya habrá tomado en consideración más de uno, o tal vez volver a releer alguno de los ya leídos, pero ahora con otra mirada.

Mila L. Castelo